Enrique
Graci y Sussini y la Genealogía de la Derecha Argentina
Por
Walter Ramúa y Guadalupe Illanes (desde San Juan)
“Este
gobierno reflota todos los episodios que estaban superados, muchos de los que
no les importa nada o fueron la antítesis de una posición crítica respecto a la
lucha contra la subversión hoy parecen basílicos enfurecidos contra todo
militar o todo persona que use uniforme aunque sea cartero”. Así declaraba Enrique Graci y Sussini en 2009 en una entrevista
realizada por el periodista de derecha Juan
Cruz Castiñeira. Más adelante, en la misma entrevista declaraba su
simpatía por el coronel carapintada Mohamed
Seineldín de la siguiente manera:
“Un hombre con virtudes en grado heroico jamás en la vida, en ninguna circunstancia, lo escuché quejarse de sus 13 años preso ni siquiera de la enfermedad gravísima que le costó la vida a su hijo, jamás lo he escuchado quejarse de nada, aceptaba la circunstancia y era siempre y frente a todos un ejemplo de humildad, de patriotismo, de vocación de servicio, de sencillez, no era un ideólogo era un hombre sencillo pero distinguía perfectamente el interés de la Patria, el interés de los americanos, el interés de los argentinos, el interés del pueblo, eso lo distinguía siempre y en cada circunstancia.”
Sin duda el nombre de Enrique Graci y Sussini se encuentra relacionado con un sector ideológico político que proviene de antaño. A saber: el movimiento contra revolucionario de extrema derecha, ultra católico, corporativista y de raigambre militar nacionalista, cuyo último representante de mayor prominencia fue el coronel Seineldín y con el cual Graci sirvió en la logística para iniciar estos levantamientos, según data de las memorias del ex presidente Raúl Alfonsín. Este hombre, Graci, a las 17 horas del día 22 de mayo del 2012, fue detenido por la División operaciones de la Dirección General de Seguridad del Interior de la Policía Federal, por orden del juez Leopoldo Rago Gallo; el motivo es la presunta comisión de apremios ilegales y torturas contra Juan Bautista Ripoll y otros, ocurridas en la Provincia de San Juan durante su periodo como Jefe de Policía.
Según el Profesor Daniel Chango Illanes la historia de Graci en San Juan se remonta a 1973 durante la gobernación del Profesor Eloy Prospero Camus quien había intentado mantener un equilibrio entre los distintos sectores del peronismo. Así atrajo a su particular visión del peronismo, algunos otros ex cantonistas como Roque Gallerano, que luego derivó en un isabelismo tan crudo que se volvió poco menos que lopezrreguista.
Camus consiguió mantenerse porque trató de mostrar una fidelidad muy fuerte a Perón y a Isabel. Negoció con la ultraderecha y designó como jefe de policía a Graci y Susini, ideólogo entre falangista y fascista, difusor de las ideas del tradicionalismo reaccionario en la revista Cabildo, y hombre de acción. Tuvo Graci, a quien conocían como "El Mono", un hecho violento en el cual golpeó a un diputado nacional y dirigente bloquista, Héctor Rufino Valenzuela, lo que produjo un gran escándalo en San Juan.
El nombramiento de Graci y Susini, obedecía, a que lo había propuesto para ese cargo el hijo de Camus y diputado nacional Jorge Manuel Camus, quien luego fue secretario del Movimiento Nacional Justicialista. Eloy Camus sabía por el propio Perón que no iba a haber "Patria Socialista", y que al final, el viejo general, retornaría a la derecha de la que, además, nunca se había ido. Beneficiado este paso por los heroicos errores políticos de la guerrilla. Por eso Camus ya sabía lo que iba a pasar, o lo intuía pero sobre la base de imágenes que le venían de algunas fuentes de observación, aceptó llevar a alguien de ultraderecha a la jefatura de policía.
Hay otra posibilidad: Camus creía que Ruperto Godoy, a quien veía como líder de la interna opositora, más potencial que real, tenía alcance no sólo hacia el vandorismo (o posvandorismo sindical) sino hacia algunos sectores de las formaciones especiales. O podía tenerlos. Por eso Graci y Sussini podía servirle en la policía. Pero Graci era peronista sólo en parte. En realidad, era un falangista lector de José Antonio Primo de Rivera. Un falangista con pretensión aristocrática, al estilo de la revista Cabildo.
Con respecto a los derechos humanos las posturas de Grassi Sussini, son harto conocidas. En 2006 en carta al ex presidente Néstor Kirchner, Graci junto a Gustavo Luis Breide Obeid, presidían el Partido de la Reconstrucción Popular, surgido en 1996, diez años antes durante el menemismo. La carta dirigida a Néstor Kirchner se reviste fuertemente contra los espacios abiertos a las organizaciones de derechos humanos como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo declarando que “la búsqueda cotidiana de enemigos que usted encabeza sólo puede engañar al pueblo por breve tiempo. Esa búsqueda hipócrita, potenciada por el encono militante de las Bonafini o las Carlotto y tutelada por el aparato de inteligencia conducido por Horacio Verbitsky, no puede ser suficiente para castrar a los argentinos decididos a luchar por una Patria grande, donde el espíritu de concordia permita resolver los conflictos que aún nos separan”.
Graci prestará declaración frente al juez, Leopoldo Rago Gallo este jueves, en lo que parece el inicio por averiguar las supuestas violaciones a los derechos humanos anterior a 1976, donde lejos de la concordia, el accionar represivo se manifestó en organizaciones paramilitares de las fuerzas de seguridad sanjuaninas.
“Un hombre con virtudes en grado heroico jamás en la vida, en ninguna circunstancia, lo escuché quejarse de sus 13 años preso ni siquiera de la enfermedad gravísima que le costó la vida a su hijo, jamás lo he escuchado quejarse de nada, aceptaba la circunstancia y era siempre y frente a todos un ejemplo de humildad, de patriotismo, de vocación de servicio, de sencillez, no era un ideólogo era un hombre sencillo pero distinguía perfectamente el interés de la Patria, el interés de los americanos, el interés de los argentinos, el interés del pueblo, eso lo distinguía siempre y en cada circunstancia.”
Sin duda el nombre de Enrique Graci y Sussini se encuentra relacionado con un sector ideológico político que proviene de antaño. A saber: el movimiento contra revolucionario de extrema derecha, ultra católico, corporativista y de raigambre militar nacionalista, cuyo último representante de mayor prominencia fue el coronel Seineldín y con el cual Graci sirvió en la logística para iniciar estos levantamientos, según data de las memorias del ex presidente Raúl Alfonsín. Este hombre, Graci, a las 17 horas del día 22 de mayo del 2012, fue detenido por la División operaciones de la Dirección General de Seguridad del Interior de la Policía Federal, por orden del juez Leopoldo Rago Gallo; el motivo es la presunta comisión de apremios ilegales y torturas contra Juan Bautista Ripoll y otros, ocurridas en la Provincia de San Juan durante su periodo como Jefe de Policía.
Según el Profesor Daniel Chango Illanes la historia de Graci en San Juan se remonta a 1973 durante la gobernación del Profesor Eloy Prospero Camus quien había intentado mantener un equilibrio entre los distintos sectores del peronismo. Así atrajo a su particular visión del peronismo, algunos otros ex cantonistas como Roque Gallerano, que luego derivó en un isabelismo tan crudo que se volvió poco menos que lopezrreguista.
Camus consiguió mantenerse porque trató de mostrar una fidelidad muy fuerte a Perón y a Isabel. Negoció con la ultraderecha y designó como jefe de policía a Graci y Susini, ideólogo entre falangista y fascista, difusor de las ideas del tradicionalismo reaccionario en la revista Cabildo, y hombre de acción. Tuvo Graci, a quien conocían como "El Mono", un hecho violento en el cual golpeó a un diputado nacional y dirigente bloquista, Héctor Rufino Valenzuela, lo que produjo un gran escándalo en San Juan.
El nombramiento de Graci y Susini, obedecía, a que lo había propuesto para ese cargo el hijo de Camus y diputado nacional Jorge Manuel Camus, quien luego fue secretario del Movimiento Nacional Justicialista. Eloy Camus sabía por el propio Perón que no iba a haber "Patria Socialista", y que al final, el viejo general, retornaría a la derecha de la que, además, nunca se había ido. Beneficiado este paso por los heroicos errores políticos de la guerrilla. Por eso Camus ya sabía lo que iba a pasar, o lo intuía pero sobre la base de imágenes que le venían de algunas fuentes de observación, aceptó llevar a alguien de ultraderecha a la jefatura de policía.
Hay otra posibilidad: Camus creía que Ruperto Godoy, a quien veía como líder de la interna opositora, más potencial que real, tenía alcance no sólo hacia el vandorismo (o posvandorismo sindical) sino hacia algunos sectores de las formaciones especiales. O podía tenerlos. Por eso Graci y Sussini podía servirle en la policía. Pero Graci era peronista sólo en parte. En realidad, era un falangista lector de José Antonio Primo de Rivera. Un falangista con pretensión aristocrática, al estilo de la revista Cabildo.
Con respecto a los derechos humanos las posturas de Grassi Sussini, son harto conocidas. En 2006 en carta al ex presidente Néstor Kirchner, Graci junto a Gustavo Luis Breide Obeid, presidían el Partido de la Reconstrucción Popular, surgido en 1996, diez años antes durante el menemismo. La carta dirigida a Néstor Kirchner se reviste fuertemente contra los espacios abiertos a las organizaciones de derechos humanos como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo declarando que “la búsqueda cotidiana de enemigos que usted encabeza sólo puede engañar al pueblo por breve tiempo. Esa búsqueda hipócrita, potenciada por el encono militante de las Bonafini o las Carlotto y tutelada por el aparato de inteligencia conducido por Horacio Verbitsky, no puede ser suficiente para castrar a los argentinos decididos a luchar por una Patria grande, donde el espíritu de concordia permita resolver los conflictos que aún nos separan”.
Graci prestará declaración frente al juez, Leopoldo Rago Gallo este jueves, en lo que parece el inicio por averiguar las supuestas violaciones a los derechos humanos anterior a 1976, donde lejos de la concordia, el accionar represivo se manifestó en organizaciones paramilitares de las fuerzas de seguridad sanjuaninas.