RADIOS COMPAÑERAS

viernes, 31 de agosto de 2012

CAUSA GIL: HABLÓ LA DEFENSA



Causa sobre "Amenazas": Leyeron su alegato los defensores del ex Policía

Los abogados Gonzalo Miño y Mauricio Bonchini culminaron hoy su alegato de defensa de Juan José Luis Gil, en la audiencia número 11 del Juicio Oral y Público que se le sigue a este ex PCI del Ejército en la ciudad de Santa Fe. Entre otras cuestiones desestimaron toda posibilidad de que Gil sea imputado en la Causa 050/06 como lo habían pedido la querella y la Fiscalía. En esto el temor de la defensa es enorme, dado la participación del imputado en Inteligencia de la Guardia Rural durante la dictadura militar. Pidieron además el procesamiento por falso testimonio de Pablo Rolón, Raúl Borsatti y Raúl Medina: un planteo absurdo de una patrulla perdida de la "comunidad de Inteligencia" hecha, creemos, para su "tribuna" de Reconquista y la zona.
Para el próximo martes 4 de septiembre a las 9,30 hs están previstas las réplicas de las partes debido a que miembros del Tribunal deben participar de un encuentro en Mar del Plata de jueces, según anunció la presidenta Dra. Ivon Vella al finalizar el alegato defensivo. Dichas réplicas estaban previstas a continuación de la palabra de los Dres. Miño-Bonchini.

jueves, 30 de agosto de 2012

CAUSA GIL: PIDIERON AÑOS DE PRISIÓN

La prensa habla de la Causa: aquí una nota del Diario UNO de Santa Fe

Las querellas pidieron condenas

El abogado Iván Bordón, en representación de la Asociación Norte Amplio por los Derechos Humanos,  pidió al Tribunal Oral Federal de Santa Fe que condene al Guardia Rural y profesor Juan José Luis Gil a la pena de 12 años de prisión, accesorias legales y costas, como autor penalmente responsable de los delitos de amenazas coactivas en dos hechos en concurso real, artículo 149 bis, último párrafo, agravado al ser anónimas, artículo 149 ter inciso primero y artículo 55 del Código Penal de la Nación, declarándose que el delito se cometió con el fin de obstaculizar el avance de la justicia federal en las investigaciones de delitos de lesa humanidad. Y pidió que se abra otra causa contra el mismo Gil, por la comisión de delitos de lesa humanidad. "Esta querella no tiene dudas que él fue parte de la estructura represiva del terrorismo de Estado. Juan José Luis Gil fue parte de la estructura represiva del terrorismo de Estado", repitió en sus conclusiones. Y pidió que el juzgado federal le inicie causa también por ese delito. Cuatro horas duró la exposición del abogado querellante. Concluyó a las 14:30 y se pasó a un cuarto intermedio hasta las 16, cuando hará sus conclusiones el fiscal federal, quien avisó que no ocupará más de media hora.
El acusador Bordón pidió que el Tribunal ordene extraer copia de la indagatoria del imputado Gil, "en relación a tareas que mencionó, donde habló de tareas investigativas realizadas en la fábrica Vicentín en 1976. ¿Para qué pedimos eso?. Para que se lo investigue por la comisión de delitos de lesa humanidad. Esta querella no tiene dudas que él fue parte de la estructura represiva del terrorismo de Estado. Juan José Luis Gil fue parte de la estructura represiva del terrorismo de Estado", repitió. Y pidió que el juzgado federal le inicie causa también por ese delito.

Recordó que Gil fue personal civil de inteligencia, PCI del Ejército, ex policía rural y que tenía una lista de comerciantes de Reconquista indicando posiciones ideológicas. Quiere que eso se compare con lista de detenidos, como para demostrar su rol en esa estructura macabra que operó durante la última dictadura cívico-militar.
Bordón concluyó su alegato destacando que “desde 2003, con Néstor Kirchner, se inició una política de Estado de memoria, verdad y justicia, sin impunidad; política continuada por la actual presidenta Cristina Fernández de Kirchner".
Fuente: Reconquistahoy.com

Otros pedidos
A su vez, el otro abogado querellante, el Dr. Pedro Dinani, pidió 13 años de condena, mientras que el Fiscal, Dr. Martín Suárez Faisal, pidió 8 años de prisión de cumplimiento efectivo en una cárcel del Servicio Penitenciario Federal. Este final fue un sólido, contundente y preciso alegato que dejó confundida a la defensa del imputado, al verlos abatidos anímicamente en sus sillas mientras escuchaban junto al Guardia Rural Luis Gil. La Fiscalía aclaró previo a su pedido que los años de prisión para esta Causa van desde los 5 a los 16. Por la mañana los abogados Miño y Bonchini en juegos psicológicos sonreían burlonamente; por la tarde se les nubló el rostro. 
Muchos datos puso sobre la mesa el Dr. Suarez Faisal; por ejemplo: el porqué del nombre Néstor Fernández de los envíos de la cuenta negritovega16@yahoo.com.ar: “Néstor” por Kirchner y “Fernández” por el apellido de la actual presidenta.  Gil manifestó varias veces en sus escritos una animosidad profunda a Kirchner y su compañera Cristina. Solo basta mirar sus notas por internet en la página "Tribuna de Periodistas" escritas antes de su detención, para definir su posición ideológica. 
No  faltó tampoco demostraciones técnicas por parte de Suárez Faisal, con planillas sobre los horarios en que Gil ingresó a la cuenta de amenazas desde su domicilio, hecho que había sido cuestionado por la defensa  tratando en su  momento con un perito de parte confundir al tribunal. Mostró fotocopias de documentos de identidad encontrados en su domicilio, con su foto y nombres distintos: José María Ortíz (José María, como su padre, y Ortiz, el apellido materno) y otro con nombre apócrifo pero que su DNI e iniciales concidentes. Además el de otras personas. Solicitó que la notebook incautada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria  y uno de los ejes de la Causa sea donada a una escuela y que luego de la sentencia se destruya el material incautado que no hace y sirviera para la causa, como hojas en blanco, etc.
Este viernes, a partir de la 10 horas alegará la defensa.

Viernes, 31 de agosto de 2012
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El juicio al ex agente secreto del Ejército, Juan José Luis Gil

Un nostálgico de la dictadura

Gil está imputado de "amenazas y coacciones agravadas" a víctimas de delitos de lesa humanidad en Reconquista y a los magistrados que investigaban la causa. El fiscal solicitó una pena de ocho años de prisión y los querellantes, de doce y trece años.

Por Juan Carlos Tizziani
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Gil envió los "correos electrónicos amenazantes".
Desde Santa Fe
El juicio al ex agente secreto del Ejército, Juan José Luis Gil, acusado por "amenazas y coacciones agravadas" a víctimas de delitos de lesa humanidad en Reconquista y a los magistrados que investigaban la causa, siguió ayer con los alegatos. El fiscal general Martín Suárez Faisal solicitó una pena de ocho años de prisión para el imputado, mientras que los querellantes extendieron la solicitud al máximo legal para ambos cargos: doce y trece años de cárcel. Hoy le tocará el turno a la defensa. Los acusadores consideraron que la investigación acumuló pruebas suficientes para condenar a Gil, un "nostálgico del terrorismo de estado" -según la querella﷓ y "parte integrante del aparato represivo" de la dictadura por su doble rol de personal civil de inteligencia (PCI) y policía de la Guardia Rural Los Pumas, aunque después, en democracia, se recicló en la docencia hasta su cesantía. "Está probado y con certeza" que Gil envió los "correos electrónicos amenazantes" y que "sus destinatarios eran los miembros de la Asociación Norte Amplio por los Derechos Humanos, el juez federal Eduardo Valiente y el fiscal federal José Ignacio Candioti", que investigaban la represión en el norte santafesino. "Una conducta aberrante, sumamente cruel y signada por un profundo odio hacia las personas que no comulgaban con su identidad ideológica", la calificó Suárez Faisal.
El primer alegato fue el del abogado Iván Bordón, que representa a tres militantes de Norte Amplio: Héctor Raúl Borsatti, Jorge Domingo Miceli y Pablo César Rolón. "Es la primera vez en el país que es llevado a juicio un imputado por amenazas a testigos y funcionarios judiciales, en una causa por violaciones a los derechos humanos", dijo el penalista. Y le pidió al Tribunal (integrado por María Ivón Vella, José Escobar Cello y Otmar Paulucci) que condene a Gil a 12 años de prisión por "amenazas coactivas agravadas" y declare que "el delito se cometió con el fin de obstaculizar el avance de las investigaciones de crímenes de lesa humanidad".
"Esta querella no tiene dudas que Gil formaba parte de la estructura represiva del terrorismo de estado", por eso "pedimos que se envíe esa declaración al Juzgado de Reconquista en el marco de delitos de lesa humanidad", agregó. Siguió el abogado Pedro Dinani, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, que asiste a otro de los denunciantes, el abogado Gabriel Hernández. Consideró que la condena a Gil debía ser de 13 años de prisión.
En cambio, el fiscal Suárez Faisal solicitó una pena de ocho años, para los mismos cargos. "Considero probado que el imputado de manera anónima, envió al menos dos correos electrónicos, uno el 26 de marzo de 2009 y otro el 20 de mayo de 2009, dirigidos al Concejo Municipal de Reconquista y a personas de esa ciudad vinculadas con la defensa de los derechos humanos".
"Los mensajes tenían como objetivo coaccionar a los integrantes de la Asociación Norte Amplio (Borsatti, Miceli, Rolón y Carlos Echegoy, entre otros), al juez Valiente, al fiscal Candioti y al doctor Hernández, que representaba al querellante Alejandro Faustino Córdoba". "El propósito era obligarlos a que dejen de movilizar a la comunidad de Reconquista en la búsqueda de memoria, verdad y justicia" y "aportar pruebas a la causa" de la represión en Reconquista.
"Está suficientemente probada la existencia de los correos electrónicos enviados, pero a lo largo de este juicio también pudo determinarse quién ha sido el autor de esos envíos, que no es otro que el imputado Juan José Luis Gil", quien operó "como agente secreto del Ejército, especializado en reunir información, bajo el seudónimo de Enrique Galetti", agregó el fiscal.
"Nos encontramos ante una conducta aberrante, sumamente cruel y signada por un profundo odio hacia las personas que no comulgaban con su identidad ideológica. El imputado no dudó en valerse de la forma más vil del anonimato, que fue diseñar la existencia de una sociedad secreta llamada La Hermandad supuestamente integrada por militares, policías y por supuestos, agentes de los servicios de inteligencia", concluyó el fiscal Faisal.

 
ALIENTO EN LA TARDE
Felicitaciones al Dr. Iván Bordón y a todos los Cros. por el brillante alegato de hoy en la Causa Gil. Creo que le dan la máxima pena. Dr. JORGE PEDRAZA - Santa Fe



DOS BREVES DOS



CAUSA SOBRE AMENAZAS: EN LA RECTA FINAL

Hoy jueves 30 de agosto comienzan los alegatos continuados en la  Causa Gil, en la 10° audiencia de este Juicio que comenzó el 12 de julio pasado y que investiga amenazas hechas en el año 2009 en la ciudad de Reconquista a través de emails por una autodenominada organización “La Hermandad”.
Todo se sustancia en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe, luego de la actuación en primera instancia de la Justicia Federal de Reconquista. En el banquillo está sentado el ex Policía Rural y ex PCI del Ejército Juan José Luis Gil, detenido en octubre de aquel año. Es la primera vez en el país que se logra capturar, imputar y juzgar a una persona amenazadora, tratando ésta de entorpecer con su actividad de miedo la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia, en este caso en el norte santafesino.
Además de lo que fueron  los testimonios de los testigos, los actores centrales del juicio por estos días son:
Tribunal: Dres. María Ivon Guadalupe Vella, José María Escobar Cello y Otmar Osvaldo Paulucci
Fiscalía: Dr. Martín Suárez Faisal
Abogados Querellantes: Dres. Iván Bordón, José Zaragoza y Pedro Dinani.
Abogados Defensores: Gonzalo Miño y Mauricio Bonchini.
El turno para hoy a partir de las 9,30 hs, es de las querellas y fiscalía. Mañana viernes 31, para los defensores. Luego habrá lugar para las réplicas.



ASUNTOS SINDICALES
Hace algunos días se realizó en el SITRAM-Reconquista una reunión de la zona norte de la FESTRAM, el organismo mayor que agrupa a los sindicatos municipales de toda la provincia. De la misma participaron el Secretario General de la Federación, Claudio Leoni y otros tres de sus compañeros de conducción, más los representantes de los sindicatos de Reconquista, Avellaneda, Villa Ocampo, San Justo, Vera, Calchaquí y San Javier.
El motivo del encuentro fue trabajar y discutir la situación de los trabajadores municipales de toda la región; una evaluación de la economía provincial y el futuro salarial;  además de construir consenso por una lista de unidad para la próxima elección de autoridades del sector en la Provincia de Santa Fe: la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales.

miércoles, 29 de agosto de 2012

TRELEW: JUICIO POR LA MASACRE


 
"Somos muy pocos los familiares que vivimos, nos sentimos sobrevivientes"

Declararon los hermanos de Ulla y Toschi y la cuñada de Pujadas. En sus testimonios relataron la persecución que sufrieron los familiares de las víctimas de Trelew desde los días posteriores al fusilamiento hasta entrada la dictadura.

Familiares de tres de las víctimas de la Masacre de Trelew declararon ayer sobre la persecución que sufrieron por sus vínculos con los 16 presos políticos fusilados en la Base Almirante Zar. “Somos muy pocos los familiares que vivimos. Nos sentimos sobrevivientes”, dijo Julio Cesar Ulla, hermano Jorge Alejandro Ulla, asesinado en la madrugada del 22 de agosto de 1972. Desde las 10 de la mañana, también atestiguaron el hermano de Humberto Toschi y la cuñada de Mariano Pujadas.
Los testigos dieron cuenta de las represalias de la dictadura de Agustín Lanusse luego de la fuga de los presos del penal de Rawson, situación que continuó con la Triple A y con la última dictadura cívico-militar. “Que fuéramos familiares de los detenidos en ese momento ya nos hacía tener una participación política”, explicó Ulla. Durante su testimonio relató la última imagen que tiene de su hermano Jorge en la celda de la Base Almirante Zar, imagen que pudo reconstruir a partir del relato que le hicieron los sobrevivientes, quienes le contaron que escucharon el grito de su hermano que decía “tirá, asesino hijo de puta”.
Repasé muchas veces esa escena, traté de imaginarla cómo habría recibido ese tiro a quemarropa. Él ya tenía un tiro en el muslo y estoy seguro que intentó pararse para morir de pie, porque él era así, y seguro que tenía una sonrisa”, contó con dolor.
El testigo reconstruyó el momento en que le sacaron fotos al cuerpo de su hermano, que hace unas semanas entregaron a la justicia, y repasó la represión en el entierro y la persecución que sufrió en carne propia luego de la masacre.
Su primera detención fue en el homenaje que se hizo en Córdoba al cumplirse un mes de los fusilamientos: “Me llevaron al D2, donde pasé varios días. Un día me forzaron a ir a mi casa para allanarla, no encontraron nada pero al ver el moisés de mi hijo me dijeron que me despidiera porque no lo iba a ver más. Cuando al otro día me llamaron por mi nombre pensé que ya estaba, pero me entregaron el dinero, el cinto y me liberaron”, detalló. La segunda vez también fue durante un homenaje por Trelew. Esta vez lo llevaron al campo, lo golpearon y le gritaron que empezara a correr. “Salí corriendo y cuando llegué a un campo donde había unos repollos enormes me di vuelta y el celular ya se estaba yendo”, agregó. Ya en 1976, en Santa Fe, nuevamente lo fueron a detener. “Les dije que trabajaba en la cárcel de mujeres. No había celulares así que se fueron y me dijeron que no saliera de la casa hasta que ellos volvieran. No regresaron pero fue la noche más larga de mi vida”, recordó.
Al finalizar su testimonio, Ulla quiso hablarle al tribunal. “Les deseo que tengan un justo y contundente veredicto para cerrar estos delitos y decir Nunca Más”, manifestó y agregó: “Mi presencia aquí es el legado de mi padre, él me dijo que si esto llegaba a la justicia tenía que estar presente y acá estoy con mis cuatro hijos.” 
Otra de los testimonios fue el de Eduardo Alberto Toschi, hermano de Humberto Toschi, dirigente del PRT-ERP asesinado en Trelew. El testigo indicó que su familia sufrió más de 19 allanamientos desde la fuga hasta que decidieron exiliarse.
Minutos antes se presentó Ana María Bigi, ex cuñada de Mariano Pujadas, quien relató la represión que sufrió la familia del dirigente de Montoneros, al recordar el secuestro, torturas y asesinato en 1975 de los padres y hermanos de Pujadas, entre ellos Jorge, su ex pareja. “Hubo muchos allanamientos a la granja que tenía la familia en Córdoba pero el 13 de agosto de 1975 se llevaron a la familia y los mataron. Los torturaron a todos y les arrojaron granadas a los cuerpos para despedazarlos. Todos tenían tiros de gracia menos mi suegra, a quien habían matado en la casa. Al día siguiente fui a la granja y estaban los cuatro cajones”, señaló. El hecho fue reivindicado por el Comando Libertadores de América, la versión cordobesa de la Triple A. “Firmaron con las siglas una imagen de Mariano y también tiraron en el inodoro un busto de él”, rememoró. Ella y los hermanos de Pujadas que se habían salvado partieron luego al exilio. “Pujadas era como una mala palabra. A mi mamá y a mi papá los echaron de su trabajo por tener nietos con ese apellido”, finalizó.
Gerardo Aranguren - Tiempo Argentino


“Pujadas estaba cosido como un matambre y tenía 16 tiros”
El relato de Ana Bigi, cuñada del montonero. Se emocionó hasta las lágrimas al revivir detalles de dolor.
El cadáver de Mariano Pujadas tenía un rostro en paz, sereno. Así lo describió su cuñada Ana María Bigi, que declaró ayer en Rawson. “Pero tenía 16 tiros, estaba desnudo y lo habían cosido como un matambre, como si hubiese habido una autopsia”, agregó ante el silencio del recinto. Habían abierto el cajón para verificar el cuerpo. El dato coincide con los dichos de Miguel Marileo, el funebrero de Trelew que encajonó los cuerpos en la Base Zar.
A Pujadas lo velaron en la granja familiar de Córdoba. “El entierro fue impresionante porque la ruta desbordaba de gente hasta llegar al cementerio y el campo estaba frente al Liceo Militar”, recordó. Bigi fue pareja de José, hermano de Mariano. Por teléfono, Vaca Narvaja padre fue quien avisó de los fusilamientos. “José atendió, se sentó y quedó pálido, fue toda una situación muy rara y confusa. Dijo que algo había pasado y que habían matado a Mariano”. Una semana antes la radio les había avisado del intento de fuga.
En agosto del ´75 estaba separada de José pero la bronca militar igual la alcanzó. “Seguro que hubo más de 10 allanamientos en mi casa pero por una suerte particular no estuve en ninguno. Molestaban todo el tiempo”. La noche del 13 de agosto del ´75 un grupo militar entró a la granja Pujadas. Se los llevaron de madrugada: eran Josefa y José María, los padres; sus hijos José, María José y Víctor; la esposa de José y la beba de ambos, María Eugenia. “Nos matan”, se dijeron los más jóvenes apenas los subieron al auto. Víctor, de 11 años, y María Eugenia, de tres meses, se salvaron. La esposa de José quedó hemipléjica y murió en 1985.
Fue otra masacre que quedó en la historia. A Josefa le rompieron la cabeza de un culatazo, la ahorcaron y la subieron muerta al coche. José María padre murió último y vio cómo vejaban a su familia. Los torturaron y arrojaron sus cuerpos en el pozo de un viejo aljibe, con tiros de gracia. Tiraron granadas pero sus cuerpos quedaron reconocibles. Un busto de Mariano fue a parar al inodoro y un cuadro con su rostro quedó pintarrajeado por un tal Comando Libertadores de América. Los velaron en la granja.
Quise ir enseguida pero mi papá me convenció de que era muy peligroso. Seguro que los mataron, me decía. Llamé varias veces por teléfono y me atendían voces desconocidas. Eso me dio miedo”, relató la testigo.
Disfraces
Antes de estos episodios los tres sobrevivientes de Trelew visitaron la granja disfrazados de turistas y contaron lo sucedido el 22 de agosto. “Su relato es el conocido: varios murieron desangrados y no los atendieron enseguida, que los hicieron salir de las celdas, formar y mirar al piso. Ahí empezaron a tirar”. Según la versión de Berger, “creyó que era otro simulacro de fusilamiento con municiones de fogueo pero cuando vio caer a Mariano se dio cuenta de que eran balas de verdad”.
Bigi escapó a Italia y le costó dejar de vivir sin terror. “A los Pujadas les perdí el rastro porque así habíamos quedado, no traté de comunicarme con ellos. Tenía hasta temor de hablar por teléfono por si alguien escuchaba”. Nadie de la familia de Mariano se quedó en el país.
Vine muchas veces a Trelew, la última 15 días antes de la fuga. Nos abrieron el comedor del penal y fue muy emotivo. Seguro que todo lo que sucedió después tuvo conexión con la Masacre –admitió ante el tribunal-. Hubo muchas consecuencias para todos y Pujadas era una mala palabra”.#
Fuente: La Jornada (Chubut)