Martes, 11 de septiembre de 2012
Primer condenado en el país por sus ataques a víctimas de delitos de lesa humanidad
Para poner fin a la intolerencia
"Ya vendrán ajustes de cuentas", escribió Gil en un mail enviado a víctimas de delitos de lesa humanidad y a magistrados. "Las amenazas y coacciones generaron dolor y preocupación en familias de Reconquista", recordó el fiscal Candiotti.
Por Juan Carlos Tizziani
"Nos da fuerza para seguir", dijo un militante de la Asociación por los derechos humanos.
Desde Santa Fe
El ex agente secreto del Ejército, Juan José Luis Gil, es desde ayer
el primer condenado en el país por sus ataques a víctimas de delitos de
lesa humanidad y a magistrados que investigaron la causa, a quienes
prometió que "todo se termina, ya vendrán tiempos de revancha y ajustes
de cuentas". El Tribunal Oral Federal de Santa Fe lo sentenció a cinco
años de prisión por "amenazas y coacciones agravadas", en concurso real,
al considerarlo autor de los correos electrónicos anónimos con los que
intentó sembrar pánico entre sobrevivientes de la dictadura en
Reconquista y coaccionar al juez Eduardo Valiente y al fiscal José
Ignacio Candioti, a cargo de las investigaciones. "Es muy saludable que
se haya encontrado al culpable y que estos hechos no queden impunes, por
la preocupación y el dolor que causaron en tantas familias", dijo
Candioti a Rosario/12. El fue uno de los destinatarios de aquella
campaña sucia y otras amenazas a su esposa y a sus hijos, lo obligaron a
irse de Reconquista. "La sentencia es muy positiva, un mensaje a la
sociedad y nos da fuerza para seguir en la otra causa", agregó Héctor
Raúl "Lolo" Borsatti, militante de la Asociación Norte Amplio por los
derechos humanos que denunció a Gil y querellante en el juicio al ex
soplón del Ejército. El otro juicio por la represión en el norte
comenzará el 27 de setiembre.
Gil está preso desde 2009, en un pabellón especial de la cárcel de
Las Flores, donde seguirá detenido hasta cumplir su condena, junto con
otros represores condenados, entre ellos el ex juez Víctor Brusa y el ex
informante de la Policía santafesina, Eduardo "Curro" Ramos.
El veredicto se conoció al mediodía. La lectura estuvo a cargo de la
presidenta del Tribunal, María Ivón Vella, secundada por sus dos
colegas: José María Escobar Cello y Otmar Paulucci. Afuera, una pequeña
multitud respondió con una ovación, cuando la jueza anunció que el
Tribunal había resuelto condenar a Gil a cinco años de prisión por los
dos cargos que pesaban en su contra. El fiscal Martín Suárez Faisal
había pedido ocho años de cárcel y los abogados querellantes Iván Bordón
y Pedro Dinani, doce y trece años, respectivamente. Tras el acto,
siguió el clásico: "Olé, olá, como a los nazis les va a pasar, a donde
vayan los iremos a buscar", entre tamboriles y banderas.
El Tribunal hizo lugar también a dos pedidos del fiscal Suárez
Faisal: ordenó decomisar la notebook de Gil secuestrada durante la
investigación y disponer su entrega a una escuela pública de
Reconquista. Y remitir al Juzgado Federal de Reconquista un DNI, una
libreta cívica y una credencial de la Guardia Rural Los Pumas
encontrados en el allanamiento a la casa del imputado para que "se
investigue una presunta falsificación" de documentos de identidad. Gil
operaba en la Guardia Rural en Santa Felicia -donde funcionó un centro
clandestino de la dictadura, pero también "como agente secreto del
Ejército Personal Civil de Inteligencia (PCI) especializado en reunir
información, bajo el seudónimo de Enrique Galetti", según reveló el
fiscal en su alegato.
Sin embargo, el Tribunal rechazó un petitorio de la querella para
que también remita al Juzgado de Reconquista "la declaración indagatoria
del imputado" para que investigue las tareas de inteligencia que Gil
dijo haber realizado en la fábrica Vicentín, en 1976. Lo reveló en la
indagatoria ante el juez Aldo Alurralde, en primera instancia, en 2009,
en "un acto de defensa material", argumentó el Tribunal. Y recomendó:
"Las denuncias de delitos de lesa humanidad se deberán realizar en el
fuero federal que corresponde".
"Es muy positivo que lo hayan condenado", dijo uno de los
querellantes en la causa, "Lolo" Borsatti. "Yo sostengo que de todos los
represores en el norte santafesino que están detenidos, Gil es el más
peligroso por su formación y concepción. Así que consideramos este fallo
como un hecho positivo, un mensaje a la sociedad, que nos da fuerza
para la otra causa", agregó. El 27 de setiembre comenzará el juicio por
la represión en el norte, que por primera vez sentará en el banquillo a
dos ex jefes de la Brigada Aérea de Reconquista: Danilo Sambuelli y
Jorge Alberto Benítez y a cinco ex policías: Eduardo Luque, Omar
Machuca, Rubén Molina, Arnaldo Neumann y Carlos Nickisch por crímenes de
lesa humanidad en perjuicio de 35 víctimas.
El fiscal Candioti consideró "muy importante que la justicia se haya
expedido. La sentencia pone fin a esta intolerancia, producto de
amenazas y coacciones, que tanto dolor y preocupación que generaron en
familias de Reconquista", en 2009, en el arranque de las investigaciones
del terrorismo de estado.
"Es importante que se haya podido determinar el autor de las
amenazas y coacciones. Y no sólo individualizarlo, sino que pueda ser
juzgado con todas las garantías constitucionales por un tribunal y
jueces de la República, que lo consideraron culpable por los dos
delitos" que pesaban en su contra. "Es muy saludable que los hechos no
hayan quedado impunes y esto sirva para mitigar el dolor y la
preocupación que estos hechos generaron en tantas familias", agregó
Candioti. Entre las pruebas que el Tribunal valoró en el juicio, había
un peritaje informático que encontró en la computadora de Gil "rastros
de un archivo titulado: "Intimidaciones a la esposa del fiscal Candioti"
y la manipulación de otro "archivo imagen de Susana Almeida de
Candioti".