Memoria, Verdad y Justicia en el Norte Santafesino

lunes, 11 de marzo de 2024

MEMORIA DE MULTITUDES: APARECE UN LIBRO SOCIO-CULTURAL

 AQUELLAS NOCHES DE
“LA CAPITAL DEL ENTUSIASMO”
    En una nueva edición del semanario radial LA MIRADA (Ciudad 88.1) una de sus columnas estuvo abocada a explicar de qué se trata un nuevo libro que esta ciudad ve a luz: la historia del Festival del Noreste. Aquellos encuentros anuales masivos de cultura y sociedad, en el marco de contextos políticos…
LA ALEGRÍA NO TIENE FIN?
    Acaba de aparecer, “Reconquista, Capital del Entusiasmo” (primera parte, 1967-1983 / 370 paginas), cuya autoría es del investigador ALDO SOTELO, con prólogo de Luis Landriscina, quién tuvo oportunidad de estar presente en el escenario del entonces predio del club Atlético Adelante, en aquel febrero de 1967.
    Dice Landriscina en el prólogo, “para mí Reconquista es una ciudad que me resulta muy amena, muy familiar, donde he dejado amigos, acá viví momentos muy lindos en mis inicios, por eso me alegra que alguien se pusiera a dejar escrita esta historia tan importante que dejó el Festival del Noreste Argentino... Hago votos para que pueda volver una fiesta popular como ésta a la ciudad, sobre todo para transmitir a los jóvenes la necesidad de conservar en la memoria colectiva la cultura de la gente del norte del país”.
    Un 2 de febrero de aquel año se inició lo que sus forjadores señalan como una verdadera “patriada” en ese momento, lo cual supone un largo período de organización orientado a lograr la adhesión del público, a una iniciativa inédita para la ciudad de Reconquista y la zona.
        No se trataba en sus comienzos de un intento, sino de convertir esos anhelos en una realización concreta sobre bases sólidas que permitan al festival sobrevivir en el tiempo. En ello se embarcaron los grupos rurales de La Lola, El Pilagá, Barros Pazos, el Centro de Promoción Humana, y la Juventud Cooperativista de Avellaneda, quienes luego de una prolongada reunión en las instalaciones del Ateneo Social, deciden conceder la responsabilidad legal en la organización del festival, a la Liga de Padres de Familia de la Diócesis de Reconquista (tiempos del Obispo Juan Iriarte).
    Durante todo el tiempo que tuvo vigencia, el Festival del Noreste Argentino se ganó un lugar preponderante en el seno de toda la comunidad del norte santafesino que acompañó su realización sin retaceo durante muchos años.
    Quizás lo más importante, más allá del desfile de artistas de primer nivel a quienes siempre se sumaron los músicos, conjuntos y ballet de la zona, fue el objetivo, los fines, para qué el festival, porque el destino de los recursos mientras hubo balances favorables, fueron a parar a la construcción del edificio del Instituto Reconquista y a apoyar a tres escuelas de monte ubicadas en el radio de la Cuña Boscosa Santafesina: La Cigüeña, El Chañar y en una ultima etapa, la de Fortín Olmos.
    Fue en sus mejores años un festival bien popular, la gente que llegaba caminando en colas que eran interminables paralelas al Boulevard Yrigoyen, las entradas en las plateas se compraban con mucha anticipación, la cartelera de artistas que actuaban cada noche eran de primer nivel, era el festival que no se suspendía por lluvia, siempre había para el choripán, la torta frita o para el “supermóvil YPF(latas como vasos) cargado de vino con hielo y soda, las tribunas colmadas de entusiastas que animaban con sus gritos y sus palmas toda la noche, los intérpretes y muchas veces el compromiso político en su música, los encuentros de fútbol entre artistas y organizadores, las caminatas de aquellos que llegaban antes por las calles de la ciudad o la recordada cabalgata que una vez realizó JORGE CAFRUNE partiendo de La Calera (Minera Unquillo, calle Ituizangó); más de 300 colaboradores ad honorem que se movían para que nada faltara en el predio y como no recordar el sonido de Publimac de Miguel Angel Castillo, con poca tecnología, con apenas dos micrófonos en el escenario para solistas y conjuntos.
PRAGMATISMO
    Con un inicio netamente folklórico, a partir de 1989 se sumaron otros géneros musicales, lo cual generó alguna oposición porque el festival se alejaba de las raíces del inicio, sin embargo el apoyo del público se mantuvo por un tiempo. Lo que cambió, fueron los costos de cada jornada festivalera porque eran muy altos y los riesgos que se asumían también.
    La nefasta década del 90 nos va a dejar sin corsos ni carnavales, un evento que luego se va a poder recuperar nuevamente, el festival tampoco saldrá indemne de ese período.
    La crisis económica que se vivía en esos años sobre el final del Siglo XX también va a pegar fuerte en las finanzas del festival que en un momento va a acumular varios años de importantes pérdidas, lo que lleva a que el obispo de aquel momento, Juan Rubén Martínez, dijera, ‘esto así no puede continuar’. Es así que su organización se suspende en el año 2000.

    Mejorada la situación económica del país, en 2005 retorna nuevamente el canto al predio del Instituto Reconquista, pero su vida va a ser corta porque el público sobre el final de la segunda década va dejar de brindar su apoyo y la música tuvo que callar para siempre. El contexto comunicacional y social era distinto. 
    Lo que podrán leer en este primer libro es la rica historia del festival desde sus inicios en 1967 hasta 1983, un período 100% folklórico, la segunda parte irá desde 1984 hasta 2018 cuando la música del festival deja de sonar.
    En sus últimos años ya había dejado de ser aquella convocatoria popular que tenía precios accesibles para que todas las familias pudieran asistir, el encuentro perdía su encanto, la situación económica del país tampoco ayudaba y quienes conducían la organización del mismo no encontraron ni el rumbo ni el camino para que la música festivalera se siga escuchando.
Revista ASI- Bs As-1967
Programas tipo folleto con grilla de artistas, y lugares en blanco en sus páginas para los autógrafos