FERVOR Y VICTORIA
Dos
compañeros en un corto tiempo dejaron en nosotros la responsabilidad de
compartir la herencia política de su generación. La herencia es la ética y la
moral revolucionarias. Lo decisivo es la línea, el compromiso y el horizonte:
una Patria Justa, Digna, Libre, Soberana y Latinoamericana. Hace unos días
escribí que un revolucionario muere si su Pueblo. Pero el Pueblo vive, y el
revolucionario. El miércoles José pudo nombrarse con su nombre y apellido. José
Maulìn Pratto dijo. Recordé al Mojarra Pratto que libra su propia batalla en un
Hospital de su Pueblo chaqueño. Ayer de fiesta, hoy de duelo. Así es la vida, así es la
Revolución. Pensé en ésta, nuestra Asociación Norte Amplio por los Derechos
Humanos. Pensé en los héroes cotidianos que ahora son Memoria. Y Verdad. Y Justicia.
Pensé en los jóvenes compañeros que toman las banderas. En su espíritu claro,
en su firmeza sin alardes, en ese futuro que ya es suyo, los pensé caminando
sin temor ni temblor. Pensé en la vida, en el fervor del dolor. Pensé que
estamos en el camino correcto. Pensé que la Victoria es. Que vencimos la
desaparición forzada, las embestidas reaccionarias, que estamos compactos, que
nada nadie nos fragmentará.
Éramos
tres en la conversación, Héctor y Osvaldo dijeron: de acuerdo, la victoria es
la lucha, hoy, y siempre, y se marcharon.
Es
una tregua bromearon.
Sus
risas estaban llenas de Pueblo.
Carlos Echegoy
Marcón y su gorra,en la señalización de un CCD en Goya |