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domingo, 17 de septiembre de 2017

Norte santafesino: FUNDAMENTOS DE UN FALLO

Circuito clandestino
Probado en un juicio histórico
La sentencia del Tribunal Oral de Santa Fe que condenó a los dos represores Omar Noce y Juan Antonio Mulasano a ocho años de prisión por "privación ilegal de la libertad" y "tormentos" a 15 militantes políticos, entre ellos el ex intendente de Vera Juan Giordano y el líder de la Ligas Agrarias Eduardo Sartor es histórica. "Quedó debidamente acreditado en el juicio la existencia de un circuito clandestino de represión secuestros y torturas en el norte de la provincia" que operaba en la III Brigada Aérea, la Jefatura de Policía de Reconquista y el cuartel de la Guardia Rural Los Pumas en Santa Felicia, cerca de Vera, dice el fallo en sus fundamentos que se conocieron el viernes. Reveló que esa trama "se vincula directamente" con el "circuito clandestino de la represión ilegal de Santa Fe" que se logró probar en el juicio de 2009 al ex juez Víctor Brusa y otros genocidas. Y que ambos formaban "parte del plan sistemático" del terrorismo de Estado que se aplicó en el centro norte de Santa Fe, en "la órbita del Area 212" al mando del Ejército.
Ex intendente de Vera, Profesor Juan Giordano

Noce se desempeñó hasta 1979 como "ayudante" del jefe de Los Pumas, una especie de "secretario" y "guardaespaldas", según los testigos. Mientras que Mulasano era un cuadro de Inteligencia que en el debate llamó "enemigos subversivos" a sus víctimas y denunciantes. En el alegato, el fiscal Martín Suárez Faisal ya había marcado el "compromiso ideológico" de ambos con la represión. Pero ahora también lo dice la sentencia, que subraya la "clara voluntad" de Noce y Mulasano de "participar activamente en el terrorismo de estado". "No todos los agentes de las fuerzas de seguridad participaron en la represión ilegal, sino que ha quedado probado en los juicios que siempre se trataba de un selecto grupo", al que se llamaba "patota", agregó.
(Juan Carlos Tizziani- Rosario12)

Caso 4: Eduardo Sartor, fallecido: 
"Compareció a la audiencia de debate su hijo José Luis Sartor. En la oportunidad puso de manifiesto que su padre fue secuestrado en el mes de febrero de l977 en su casa, aclarando que unos tres meses antes de ese hecho les habían efectuado un allanamiento en el que estaban buscando a un hermano de su papa de nombre Jorge Sartor y dos meses después, en febrero lo fueron a buscar a la casa donde vivía su padre en el campo. A su tío lo buscaban por su militancia política y a su padre también, ambos pertenecían a las ligas agrarias, integradas dentro del partido justicialista.
Al momento de los hechos, es decir en el mes de febrero de 1977, el tenía once años; recordó que fue por la noche, lo despertaron unos golpes y en esa época no había luz eléctrica, que pudo ver reflejos de linternas, llamó a su madre preguntando qué pasaba y en ese momento aparecieron tres personas en la puerta de la habitación armados y llevaban gorros negros. Escuchó a su madre queriendo darle un bolso con ropa a su padre pero le decían que no era necesario porque enseguida volvería. Ese día no pudo identificar a quienes fueron a su casa y en el allanamiento ocurrido dos meses antes tampoco pudo hacerlo. Lo que sí pudo advertir en el allanamiento anterior que se realizó en horario diurno, era que los uniformes que vestían quienes efectuaron el procedimiento eran unos de color verde y otro de color caqui, pero no pudo identificar a que fuerza pertenecían.
Continuó relatando que pudo saber por referencias de una tía cuyo domicilio también había sido allanado tiempo antes, que el personal interviniente se identificó y que uno de ellos era Mulasano. Aclaró que esa tía se llamaba Dora Sartor y lo conocía a Mulasano porque el se presentó como tal, que la misma vivía en el Paraje Los Lapachos, a unos dos kilómetros y medio del lugar donde luego ellos vivieron y que antes del mes de marzo del año l976 en la vivienda que ocupaban en la ciudad de Avellaneda, padecieron dos allanamientos. Agregó que de la localidad de los Lapachos a Lanteri hay doce o quince kilómetros, su tía le refirió que la familia de Mulasano provenía de dicho lugar, es decir de Lanteri.
Continuó su relato en relación a la detención de su padre, indicando que pudo saber que lo llevaron caminando unos quinientos metros, sin esposas pero que cuando llegaron al camino lo esposaron y encapucharon. El contaba que estuvieron dando vueltas y fueron a otro lugar que el suponía que era la jefatura de policía de la URIX de Reconquista, donde si bien fue maltratado no tuvo esto relación en cuanto a la magnitud con lo que padeció después en otro lugar, donde fue torturado salvajemente mediante la aplicación de corriente eléctrica, golpeado a diario durante dos o tres semanas y con motivo de ello casi perdió una pierna. Que por dichos de su madre supo que los que actuaron en tales hechos era personal policial y militar y su madre tuvo noticias de su padre recién cuando éste llegó al Penal de Coronda.
En la continuidad de su deposición, indicó que su padre de la jefatura fue trasladado a la base aérea donde también fue torturado, pero en ese momento no supieron que estaba ahí. De Coronda pasó al penal de Caseros y fue liberado en octubre de l981 desde la cárcel de La Plata, donde salió muy quebrado, con una especie de falta de fuerza vital y durante seis meses tuvo que presentarse dos veces por semana a la jefatura de policía a firmar; era una especie de libertad vigilada, que con el tiempo se fue espaciando, pero igual no se podía ausentar de la ciudad sin solicitar autorización. Aclaró que su padre estuvo detenido junto con compañeros de las Ligas Agrarias, con gente de Santa Fe y Reconquista.
Relató además que su madre siempre mencionaba a Sambuelli, pero su padre no pudo identificar a nadie de los que lo llevaron, pero su madre quien era la que buscaba datos y nombres, siempre mencionaba el de Mulasano.
un suceso que le ocurrió a el mismo en el año l980 cuando lo operaron en el hospital y al lado de su cama estaba internado y esposado a la cama un muchacho de unos veinticinco años quien le dijo que lo habían operado porque un tal Mulasano le había despegado las paredes del estómago a golpes y por esta misma persona pudo saber que Mulasano era policía y los hechos relatados en el hospital habían transcurrido en jefatura.

En igual sentido depuso durante el debate la hija, Liliana Sartor, quien efectuó un relato coincidente con su hermano, haciendo incapié en reiteradas oportunidades durante su declaración que el nombre de Mulasano siempre era mencionado en su casa y que esto inspiraba miedo".
(del texto de los fundamentos, págs. 78 a 82)