Memoria, Verdad y Justicia en el Norte Santafesino

lunes, 29 de agosto de 2016

REPRESORES: INFORME DE LA SITUACIÓN



Recuento de presos: 

NICKISCH CON PRISIÓN DOMICILIARIA

En el Tribunal Oral Federal de Santa Fe pudimos confirmar la situación del ex comisario Carlos Nickisch: prisión domiciliaria en Reconquista por estado de salud, cumplidos ya 70 años de edad. Nickisch fue condenado a 18 años de prisión por la denominada “Causa Base Aérea”, en el año 2013, junto a otros seis represores entre militares y policías. Había sido detenido a fines del año 2008 por su participación en el aparato estatal persecutorio en el norte santafesino durante la última dictadura cívico-militar. Para su traslado a un centro sanatorial por problemas de salud se lo hace en un móvil policial, como se ha podido observar.

De todos aquellos condenados tan sólo uno permanece aún en cárcel común, el mayor aeronáutico Jorge Benítez (17 años de prisión), quien está alojado en el penal de Bower (Córdoba), de donde se sigue reivindicando “preso político y héroe de Malvinas: Es el valor y el coraje con que enfrentamos al enemigo externo en Malvinas y al interno subversivo que asoló a nuestra Patria (…) y que cual cuentas del Rosario que llevamos al cuello, nos invitan a la oración y a cargar sin claudicaciones nuestra propia cruz”, escribe cual cruzado en una publicación de represores.

El policía Arnaldo Neumann (13 años de prisión) falleció en la cárcel mientras que el comodoro Danilo Sambuelli (21 años de prisión) falleció cumpliendo prisión domiciliaria en Santa Fe.

El comisario Eduardo Luque (siete años de prisión) cumplió su condena mientras que en libertad condicional se hallan los ex suboficiales de la Policía santafesina Horacio Machuca (11 años de prisión) y   Rubén Molina (10 años de prisión).


Apropiación: nueva audiencia

Este miércoles 31 de agosto se realiza una nueva audiencia en el juicio por el caso Maulin Pratto. Será el turno del segundo alegato, esta vez a cargo de los abogados querellantes Guillermo Munne y Lucila Puyol. El miércoles anterior lo hizo el Fiscal Martín Suárez Faisal quien pidió 10 años de condena para las imputadas, la médica Elsa Nasatsky y Cecilia Góngora, la mujer con quien vivió apropiado durante muchos años el joven José.
 
Comisario Carlos Nickisch

jueves, 25 de agosto de 2016

PEDIDO DEL FISCAL



10 AÑOS
En la etapa final del juicio que en Santa fe se ventila tratando de dilucidar la apropiación y sustitución de identidad del joven Maulin Pratto, comenzaron los alegatos de la parte acusatoria y en esta oportunidad le correspondió el turno al fiscal federal Dr. Martín Suarez Faisal. Durante una hora y veinte minutos el Tribunal Oral Federal presidido por José Escobar Cello escuchó los fundamentos de Suarez Faisal para que luego éste pidiera los años de prisión para las imputadas Cecilia Góngora y Elsa Nasatsky, entre un mínimo de 5 años y un máximo de 15, de acuerdo a la ley (y reunión de pruebas) para estos delitos. La médica del sanatorio Reconquista no estuvo en el momento del alegato pues se retiró a una sala continua por pedido médico, luego de estar a la par de su defensor Dr Roberto Busser, quien la representa. Góngora, detrás de su abogado oficial, escuchó silenciosamente, en una escena demostrativa que se ha venido repitiendo en cuanto a las dos condiciones sociales de las acusadas.


Macabra idea

(…)

"Quedó comprobado en este juicio, que el accionar tanto de Góngora como de Nasatsky contribuyó con la idea que había trazado el plan sistemático elaborado por los altos mandos militares en cuanto al robo de bebes de las personas que designaban como ‘delincuentes subversivos’ en aquella nefasta época. Si ellas lo hicieron por necesidad, por desesperación, por miedo, por cumplir con los deseos de los militares que tenían el poder para luego evitar represalias o conseguir ascenso social para conservar ese status social al que tanto le había costado escalar -en el caso de Nasatsky pudo ella misma aseverar lo que tanto le había costado llega-; se ve con claridad que Góngora quería un hijo ya que perdía los propios; que Nasatsky colaboró con ella y con el sistema por el que Luisa Pratto estaba siendo acosada y abusada por los represores para que diera luego un hijo y que luego fuera anotado con el nombre de los apropiadores con estos documentos falsos. Es fácil explicar por qué la dictadura participó de la empresa criminal: porque era compatible con los objetivos del gobierno militar. La apropiación de un menor por una familia que no es la biológica se hacía, en este caso y en los otros que vimos, bajo la macabra idea de que los abuelos no habían sabido educar a sus hijos, que la dictadura los consideraba ‘delincuentes terroristas’ y predicaba encarcelar o eliminar; tampoco ellos, sus hijos (‘delincuentes terroristas’) iban a poder educar a sus nietos, por esos había que sacárselos y por eso formaba parte del plan sistemático (…)

“Solicito al Tribunal que condene a Cecilia Ramona Góngora como autora responsable de los delitos de retención y ocultamiento de un menor de 10 años de edad previamente sustraído; supresión de estado civil de un menor de 10 años de edad; falsificación ideológica de documento público; en concurso ideal, a la pena de 10 años de prisión de cumplimiento efectivo, ordenando su inmediata detención…”

Idéntico pedido (10 años de cumplimiento efectivo) fue hecho para la médica Nasatsky: “falsificación ideológica de documento público, solamente al certificado de nacido vivo, y como partícipe necesario en el delito de falsificación ideológica de documento público en relación a la partida de nacimiento de José Luis y eventualmente su DNI; en concurso ideal”.

Como elemento atenuante en favor de las acusadas el fiscal planteó que al momento de los hechos ninguna registraba una condena penal.

Finalmente solicitó a los jueces que en forma inmediata, y sin perjuicio de la firmeza que luego pueda cobrar la sentencia, ordenen la rectificación en el Registro Civil de la Provincia de Santa Fe, sección Reconquista, de la partida de nacimiento y DNI de José Luis Segretín, sólo respecto del apellido “Segretín”, de acuerdo a lo manifestado por la víctima, reemplazándolo por el de Maulín Pratto.

La próxima semana será el turno alegatorio de los abogados querellantes. 




sábado, 20 de agosto de 2016

ALEGATOS MAULIN PRATTO



MIERCOLES PARA EL FISCAL

En el comienzo de la etapa final del caso Maulin Pratto, por la apropiación ilegal de un menor en 1977, que se juzga en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe, y luego de algunas dudas informativas, se ha confirmado que el miércoles 24 de agosto luego de la presentación de elementos probatorios comenzarán los alegatos y ese día lo hará el fiscal federal Dr. Martín Suarez Faisal. Un abogado que ha demostrado en los dos juicios   anteriores de Lesa Humanidad, relacionados con el norte santafesino (Causa Gil-amenazas y Base Aérea) mucha solidez y eficiencia en la acusación.


En la semana siguiente, 31 de agosto, el turno corresponderá a los abogados querellantes Lucila Puyol y Guillermo Munné (HIJOS- Santa Fe). Luego será el turno de los defensores de las imputadas Cecilia Góngora y Elsa Nasatsky. El tercero de esta historia fue el Comodoro Danilo Sambuelli, fallecido, sumado al Sanatorio Reconquista donde ocurrió el hecho y que en las testimoniales se ventilara toda esa estructura sanitaria en aquel año de impunidad.

El Tribunal está presidido por el Dr. José Escobar Cello, acompañados por los jueces María Ivon Vella y Luciano Lauría.

Rosario 12:

Dos imputadas más complicadas

Por el nieto 120


El Tribunal Oral de Santa Fe amplió esta semana las indagatorias a las dos imputadas por el operativo que borró la identidad al nieto 120, José Luis Maulin, en marzo de 1977, en el Sanatorio Reconquista. Cecilia Góngora que lo anotó como hijo propio con un certificado falso que firmó la médica Elsa Nasatsky se puso mano de los jueces. "Ustedes sabrán qué van a hacer conmigo", les dijo. Mientras que la obstetra reconoció su firma en otra prueba que la dejó al descubierto. Las dos mujeres habían dicho que no se conocían, pero el fiscal Martín Suárez Faisal descubrió que en octubre de 1978, un año y medio después del primer hecho, Nasatsky firmó el certificado de nacimiento de un hijo prematuro de Góngora y dejó constancia que su paciente había dado a luz a dos "niños vivos", así que si uno era ese bebé que sobrevivió dos horas, el otro era José Luis. El presidente del Tribunal, José María Escobar Cello pidió que le exhibieran ese certificado que encontró el fiscal. "¿Es su firma?". "Si", contestó Nasatsky, quien también admitió que en esos años '77 y '78 ella era dueña de "acciones" del Sanatorio Reconquista que vendió en 2009, cuando se inició la investigación penal para devolver el nombre a José Luis y los análisis genéticos revelaron que es hijo biológico de Rubén Maulin y Luisa Pratto. "Dejé de trabajar y no entré más al sanatorio", confesó Nasatsky.



En la audiencia de esta semana declararon por video conferencia el médico Amadeo Leschiutta y el ex jefe del Registro Civil de Reconquista, Ernesto Peñaloza, quien reconoció su firma en la partida de nacimiento de José Luis, que Góngora anotó como hijo propio y de su esposo fallecido Luis Angel Segretín, el 6 de abril de 1977.

Después, las dos imputadas ampliaron las indagatorias. Góngora dijo que sólo iba a decir "algunas cositas". Insistió que José Luis "nunca dejó de ir al colegio", que lo había criado "sin maltratos, como pude" y que no se separó "en ningún momento" de él y ni de sus otros hijos adoptados. "Lo demás, queda a criterio de cada uno. Tengo la conciencia tranquila, espero el veredicto final. Ustedes sabrán qué van a hacer conmigo", les dijo a los jueces Escobar Cello, María Ivón Vella y Luciano Lauría.



Nasatsky arrancó como en la primera indagatoria, dijo que no contestaría preguntas del fiscal ni de los abogados querellantes Lucila Puyol y Guillermo Munné, que representan a los padres biológicos de José Luis.

El presidente del Tribunal pidió que le exhibieran la prueba que Suárez Faisal incorporó al juicio la semana pasada. Es un certificado que firmó Nasatsky el 31 de octubre de 1978, un año y medio después del primer hecho, que certifica el nacimiento de un bebé prematuro de Góngora y acredita que su paciente había tenido dos "niños vivos", con lo cual si uno era el bebé que sobrevivió dos horas, el otro es José Luis.

-¿Es su firma? -preguntó Escobar Cello.

-Si -reconoció Nasatsky.

-¿La señora Góngora era su paciente? -insistió el juez.

Nasatsky esquivó la respuesta. En el juicio, Góngora había dicho que no conocía a la médica y que en el parto del '78 la atendió el doctor Roberto Cisera, pero éste dijo no recordarlo. "Puede ser, pero no lo recuerdo". Nasatsky dijo que Góngora había llegado al sanatorio con hemorragia. "El doctor Cisera tuvo que asistirla porque era una cesárea de alto riesgo. Una urgencia. Trabajamos en equipo", reveló la médica. "Casi con seguridad, yo intervine en el acto. Sí, yo estuve presente".

Escobar Cello quiso saber por qué al certificado de nacido vivo lo firmó Nasatsky y no Cisera. "Podía firmar cualquiera de los dos", explicó la médica. "Había una urgencia, el niño murió (dos horas después del parto) y había que enterrarlo. Yo podía firmar, funcionábamos como equipo".

-¿Firmó usted?

-Firmé yo. Yo estuve en el acto.

El abogado defensor Roberto Busser le planteó si era posible verificar si la paciente era Góngora.

-¿Si yo la veía? -repreguntó Nasatksy.

-Si.

-Si hubiera sido una paciente mía, me hubiera dicho algo -contestó Nasatsky.

Las dudas escalaron cuando Escobar Cello preguntó si en el parto del '78, Nasatsky había consultado la historia clínica de Góngora, por el nacimiento de José Luis, en el '77. La médica ensayó un rodeo, pero no respondió. En el parto del '77, la madre biológica es Luisa Pratto, pero Nasastky extendió el certificado a nombre de Góngora y dejó constancia que era su primer hijo. Pratto ya tenía dos niños, José Luis era el tercero.

Juan Carlos Tizziani