Memoria, Verdad y Justicia en el Norte Santafesino

jueves, 16 de junio de 2022

REPARAR, EN PARTE, CON JUSTICIA: TESTIMONIOS CERCANOS, DE AQUEL INFIERNO

 M. INÉS: UNA HISTORIA SIN CERRAR
NO TENGO PALABRAS PARA EXPLICAR”
    En esta semana nuevos testimonios de militantes políticos setentistas, oriundos de nuestro norte santafesino se escucharon en el Tribunal Oral Federal de Santa Fe. Ante el colegiado que preside el Dr. JOSÉ ESCOBAR CELLO memorizaron sus compromisos, entre otrxs, las víctimas CARLOS ECHEGOY, ANÍBAL SÁNCHEZ (Villa Ana), JULIO NIEMIZ (Avellaneda) y ALBA ACOSTA. La psicóloga MÓNICA MARTÍNEZ (Santa Fe) también fue de la partida en la jornada y la incluimos en la lista ya que en el 76 fue secuestrada en Reconquista. Con anterioridad testimoniaron MARÍA INÉS GUTIÉRREZ (Psicóloga), AMALIA ANTONINI (hoy artista plástica) y su hijo ANÍBAL CATTANEO, lxs tres residiendo ahora en Córdoba. Se trata de la Causa “Martínez Héctor Melitón y otros…” pero más simple es decir “el juicio a la patota de la Federal”, por estar algunos policías de esa fuerza en el banquillo.
“ABSOLUTAMENTE SOLA”
M. INÉS

    MARÍA INÉS es una ex presa-política oriunda de aquella Reconquista más pequeña, todos cercanos. A fines de febrero del 76 las fuerzas armadas controlaban las calles del país mientras finiquitaban el asalto al poder. Su compromiso la encontró en la ciudad de Santa Fe junto a su compañero de entonces, el "Cabezón" CATTÁNEO, comprometidos con el Partido Revolucionario de los Trabajadores. En el Tribunal pudo reconstruir parte del dolor vivido hace 46 años, que hoy la sigue atravesando:
El 27 de febrero del 76 yo estaba en una casa que no estaba terminada, en la que estaba con otras personas: EUSEBIO CABRAL, LUCIO LÓPEZ (17 años), CARLOS COURAULT y CARLOS CATTANEO. Y vimos por la ventana que llegaban un montón de personal de seguridad, con autos, camionetas, jeeps… mucha gente con armas cortas, armas largas. En esa época nosotros sabíamos que las actividades políticas, sociales, que nosotros hacíamos eran reprimidas así que decidimos subir por la parte de atrás de la casa, y fuimos recorriendo techos y tapiales, hasta que bajamos en la otra cuadra paralela, corrimos un poco y ahí nos disparaban... las balas que picaban alrededor… hasta que una bala me pegó en la pierna, caí al pisome dí vuelta y ví que estaba caído en la vereda boca abajo, CARLOS CATTANEO, que venía corriendo atrás mío… y venía un uniformado armado hacia mí, pero cuando llegó al lado de CATTANEO, frenó y le disparó varias veces por la espalda y siguió corriendo hacia mí… yo le decía no me tire, no me tire, estoy embarazada y siguió corriendo, me dejó sola, fueron unos minutos en la que estaba absolutamente sola en la vereda, tirada, así que me arrastré y golpee la puerta de una casa frente a la que había caído que no se de quién era y salió un señor que se sorprendió, me arrastró adentro y me dijo que me iba a vendar la pierna. Segundos después empezaron a golpear la puerta, que abran y entraron muchísima gente de modo violento, con muchos gritos, rompiendo la casa, no sé que hicieron con ese señor que me había abierto la puerta. Al rato trajeron a LUCIO LÓPEZ y a EUSEBIO CABRAL a este mismo lugar que era como el living de la casa y nos dejaron tirados en el piso… no se que decisiones fueron tomando, nos quedamos con un poco de soldados que nos vigilaban. Después a mí me suben a una ambulancia, al salir de la casa hacia la ambulancia ví que CATTÁNEO seguía tirado en la vereda, nos llevaron a los tres a un lugar que yo no sabía qué era, un hall muy grande con una escalera y galerías que balconeaban, se asomó gente de todos lados a mirarnos, todos decían ‘éstos son, éstos son los subversivos’, solo eso: NOS EXPUSIERON. Nos volvieron a subir a la ambulancia y nos llevaron al Hospital Piloto. Allí operaron primero a LUCIO LÓPEZ, que estaba muy malherido, y después a mí. Primero me vio un ginecólogo y verificó que mi embarazo continuaba, después me operaron y tras despertarme de la anestesia me encontré en una sala policial, en el subsuelo… con calabozos al fondo, con una primera parte para los guardias policiales, dos salitas pequeñas (en una estaba yo)… desde allí lo escuché varios días a LÓPEZ gritar, gritar… pedía agua, pedía ayuda… en un momento vi una camilla completamente cubierta y sé que se murió… ese día…
“Yo continué en el hospital, en total estuve un poco más de seis meses, siempre incomunicada, la segunda cirugía me la hicieron exactamente el 24 de marzo (1976), hubo mucho revuelo ese día, hacer un traslado de la sala policial al quirófano de traumatología, ya estaba el hospital con mucho más militares, más guardias, había personal militar adentro del quirófano, las enfermeras tenían mucho miedo, esperaba mi cirugía viendo enfermeras temblar diciendo ‘así no puedo trabajar’. Esta cirugía, el reposo prolongado, mi estado de embarazo, mi pierna… hicieron que se fuera complicando cada vez más…
LA BEBITA...
    MARÍA INÉS relata además complicaciones de salud que se le presentaron, la falta de medicamentos por desabastecimiento que solucionaron sus familiares desde Reconquista. Agravándose su situación, con “lapsos de conciencia, confundida”, con un cura que le dio la extrema unción, pensando que ya no podría sobrevivir… Unas horas después le hicieron una cesárea de urgencia y tuve una hija, eso fue el 6 de junio, que nació ochomesina pero sana, con un peso casi normal. Superado el estado de embarazo yo empecé a responder a la medicación, mi estado comenzó a mejorar. Y tuve a mi hija, al lado de mi cama desde el día siguiente de la cirugia. Yo no podía caminar, no me levantaba de la cama, no había caminado nunca desde que caí presa, eso era junio, la cambiaba, la amamantaba, la tenía conmigo. Nadie la venía a controlar, hasta que un día llegó gente de pediatría o neonatología a controlarla y me dijeron que la iban a llevar a su sección para hacerle otros estudios. Al rato me trajeron su ropita y me dijeron que había bajado de peso, que necesitaba más controles, que estaba en una incubadora, que en la incubadora solo están con el pañal y me trajeron un sacaleche, cada tanto venían a retirar leche para la nena. Días después de ésto notaron que había muerto, de un paro cardíaco. Toda la gente se muere de un paro cardíaco. Pero porqué... no lo supe nunca! Fue un dolor muy grande, a esa altura yo trataba de asimilar como había visto que mataban a mi compañero CARLOS CATTÁNEO, estaba consciente de que había perdido la libertad, que había perdido la salud, pero esto fue más de lo que yo podía soportar. Y sé que no tengo palabras para explicarlo”
    En agosto la llevaron a la Cárcel del Buen Pastor y en octubre a todas las presas políticas de Santa Fe la llevaron a la Cárcel de Devoto en Buenos Aires no sin antes seguir soportando crueldades de los militares como que le sacaron las muletas que la ayudaban a caminar, saltando en una sola pierna encapuchada, esposadas de a dos, para subir al avión Hércules, en escaleras de Devoto…
    Ya en libertad, en trabajos de mucha rehabilitación (pierna más corta, problemas para caminar, el disparo le rompió y desapareció un fragmento del fémur izquierdo...), volvió al Hospital Piloto de Santa Fe a buscar su historia clínica para continuar... Aprovechó y se acercó a Neonatología para buscar la historia clínica de su hija, para entender qué había pasado y le dijeron que el área donde estaba guardada se inundó y no se la podían dar…
TRIBUNAL FEDERAL- Foto archivo