Memoria, Verdad y Justicia en el Norte Santafesino

jueves, 11 de octubre de 2012

PLUMA ECHEGOY: LA PRUDENCIA DE LOS PUEBLOS



la revolución y la risa

En un contexto latinoamericano que supone adverso, los Estados Unidos de América comienzan a mostrar una cierta inquietud sobre gobiernos que en absoluto integran a sus programas estratégicos disputar la propiedad de los medios de producción. El socialismo del XXI no es el del XIX, es una suerte de equidad distributiva en condiciones de garantizar a cientos de millones previsibilidad y certidumbre, generando estrategias y proyectos de inclusión que limitan liderazgos y protagonismos que promueven cambios estructurales que parecen viables y sustentables en teoría, pero que no logran la adhesión de las mayorías.

Hay que preguntarse por las razones profundas que gobiernan esta renuencia tenaz y perseverante de los pueblos a considerar la posibilidad de constituirse en actores principales de procesos radicales. La apelación a una inmadura conciencia de clase de los oprimidos, permeable a las insinuaciones de la burguesía, es improcedente para explicarla.

Más razonable se me ocurre asumir que los pueblos de ninguna manera se experimentan proclives a jugar sus destinos y bienes y derechos en una única partida decisiva: no en un casino o en un hipódromo, fustigando la grupa de un equino, por prometedor se presente por sus brillos y sus bríos, pondrán en vilo un presente y un futuro que compromete a sus familias.

Elites que hicieron de la confrontación ruinosa la única y exclusiva manera de experimentarse libres de toda sujeción y privilegios, con una petulancia y obcecación  que algo tiene de ese gallo tuerto que se estrella contra el alambrado del gallinero por no admitir que lo que supone lo real es lo que puede registrar con sólo un ojo, tampoco admitirán una autocrítica tan severa que les deje en pelotas y a la intemperie. Esa humildad no es suya, le es inaccesible, y nadie puede exigírsela. Nadie se la exige, claro, piensa la elite, porque todos son timoratos, vacilantes, cobardes y traidores, porque están entregados.

Lo ridículo de la conclusión exime de mayores comentarios.

Que una mixtura entre el capitalismo y el socialismo es posible, y además ocurre, y además es sostenida por masas de diferentes pueblos, enerva a la elite, la margina de los imponentes y significativos procesos políticos y socioculturales hoy en curso en América Latina, impidiéndole incluso compartir la alegría, aunque fuese fugaz, de los condenados de la tierra.

Como si los revolucionarios que pretenden ser tuviesen, para que no se les sospeche de connivencia ni debilidad ante el Imperialismo y la burguesía, expresarse en una rigidez de las mandíbulas y los miembros, en una suerte de humanidad para la que el baile y la risa es una concesión al Capital.
CARLOS ECHEGOY ZAMAR

EL AUTOR: Miembro de Norte Amplio DDHH y dirigente sindical del SITRAM  (municipales de Reconquista)