Memoria, Verdad y Justicia en el Norte Santafesino

viernes, 25 de mayo de 2012

Opinión: TOTITO, DESDE SAN JUAN


Del derecho y otras hierbas
Por Walter “Toto” Ramua y Guadalupe Illanes
     
 El pasado jueves 17 de mayo en  una nota de opinión del diario Tiempo Argentino, Agustín Rossi, jefe del bloque de Diputados del Frente Para la Victoria en el Congreso de la Nación, se  manifestó sobre al debate llevado a cabo durante estos días en el cuerpo legislativo  con respecto a despenalización del consumo de estupefacientes mostrándose en desacuerdo con la idea  general  de tratar al adicto en la misma cadena  que al narcotraficante. También sostuvo que las políticas de combate al narcotráfico implicarían que “deben basarse en los principios de Derechos Humanos y salud pública. Deberíamos terminar con la estigmatización y la marginalización de las personas que usan ciertas drogas y de aquellos que están involucrados en los niveles más bajos del cultivo, la producción y la distribución, y tratar a las personas dependientes de drogas como pacientes, no como delincuentes.” Agregando más adelante que “Los recursos del Estado tienen que estar orientados en la lucha contra el narcotráfico y las fuerzas de seguridad han de perseguir a las grandes organizaciones criminales, sólo así será posible avanzar hacia estrategias de prevención más sólidas y políticas más efectivas para el combate al comercio de drogas, donde debe ponerse toda la fuerza del Estado”. Ahora bien dentro de  este mismo debate, y desde este diario,  antes que paciente preferiríamos llamarlo  consumidores. Esto para evitar interpretaciones erróneas sobre el uso jurídico que se le podría dar a la palabra paciente.
     En primer lugar dentro de la ampliación de derechos que comenzó en 2003 bajo el gobierno de Néstor Kirchner y se intensifico en los últimos dos años bajo CFK, deberíamos pensar no sólo en el combate del narcotráfico sino en la inclusión de ciertas areas de la producción a un mercado legalizado con instituciones que permitan de manera técnica su regulación y blanqueo dentro de las cadenas de valor y producción. Daniel Chango Illanes esbozo  recientemente: “Yo propuse en facebook que en el caso de la marihuana - y en ningún otro - se la vendiera en kioscos con el mismo tratamiento fiscal y comercial del cigarrillo de tabaco por lo cual estaría prohibida la venta a menores de edad. Que a esos efectos existiese un registro nacional y provincial de productores y expendedores. Que el producto se vendiera envasado. Que para controlar existiese un instituto similar al INV, o hecho análogamente al INV (Instituto Nacional De Vitivinicultura). La fiscalidad ejerce control, obtiene recursos públicos y puede regular el consumo.”
     Desde este punto de vista el consumo de drogas ya no estaría solo dentro de las políticas sanitarias, sino también dentro de las políticas tributarias que el estado debe ejercer en su poder de imperio.