Memoria, Verdad y Justicia en el Norte Santafesino

sábado, 23 de febrero de 2013

SANTA FE: PIDEN SEÑALIZACIÓN



Señor
Gobernador de la Provincia de Santa Fe
Dr Antonio Bonfatti

Los abajo firmantes, integrantes del Foro Contra la Impunidad y Por la Justicia, nos dirigimos a usted a fin de solicitar:

Señalización de la Guardia de Infantería Reforzada
Solicitamos la instalación de una estructura o cartel señalizador ubicado en un lugar de visibilidad en la avenida J.J. Paso y Urquiza que informe del funcionamiento que durante la última dictadura cívico-militar tuvo la Guardia de Infantería Reforzada y, en igual sentido, la colocación de una placa en la puerta de la Guardia de Infantería.
Cartel:
"A 200 metros funcionó un centro de reclusión y tortura
'Guardia de Infantería Reforzada', que formó parte del circuito represivo durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983)"

Placa:
En este lugar funcionó un centro de reclusión por el que pasaron cientos de prisioneros políticos durante la dictadura cívico-militar que asaltó los poderes del Estado el 24 de marzo de 1976
Aquí se secuestró y torturó a militantes políticos, gremiales, sociales y menores de edad bajo el accionar de la policía provincial y el II Cuerpo de Ejército
Nunca más golpes ni Terrorismo de Estado
Santa Fe marzo 2013

Las marcas de la memoria
Nuestro objetivo de señalización se enmarca en la necesidad de construir una memoria colectiva, que deje marcas en el espacio cotidiano que nos hablen de los silencios impuestos durante el Terrorismo de Estado, que nos informe, nos interpele y denuncie una verdad antes negada.
La participación de las víctimas es fundamental, ya que nuestra idea no es imprimir una nueva historia o memoria oficial sino construir junto con quienes sufrieron en carne propia y con sus familiares un relato que, si bien antes fue desoído por los interlocutores oficiales o estatales de memoria, sigue latiendo en el recuerdo de los y las vecinas de nuestra ciudad. El contexto político actual permite hoy echar luz sobre estos territorios antes oscuros. Visibilizar los espacios del terror, como el GIR, como parte de una historia reciente a la que no queremos volver construye un relato del pasado y al mismo tiempo nuevos consensos sobre la democracia. Señalizar estos espacios es comprender colectivamente el deseo y la voluntad de lucha por una sociedad que sostenga la libertad y la pluralidad como valores centrales. La vida y los derechos humanos de tantos compañeros, muchos aún hoy desaparecidos, se puso en juego en este territorio por lo que construir esta marca se nos presenta como fortalecimiento de un Estado de Derecho comprometido con la defensa de los derechos humanos.
Solicitamos la instalación de un cartel señalizador e informativo en la avenida J.J.Paso y la colocación de una placa en la puerta de ingreso de la GIR, con la convicción de que sólo la verdad, la memoria y la justicia son las herramientas válidas para que nunca más nuestro país viva el horror.
Porque es responsabilidad de todos mantener la memoria, como respuesta a todos los intentos de borrar la historia, de tergiversarla o desaparecerla.
Las organizaciones y militantes abajo firmantes estamos convencidos de que este 24 de marzo, en un nuevo aniversario del golpe de esa dictadura cívico-militar genocida es el momento oportuno y necesario para construir memoria en ese lugar, señalizando como prevé la ley.
En ese entendimiento y atento a que en otras oportunidades y ante funcionarios de distintos gobiernos se ha solicitado dicha señalización sin lograr nuestro cometido es que recurrimos a ustedes a los efectos de peticionar formalmente para que:
Se disponga por quien corresponda y se dicten las autorizaciones pertinentes para señalizar con un cartel el ingreso y con una placa, apropiada para tal fin, el lugar donde funcionó el centro denominado “GIR”.
En especial y teniendo en cuenta que hoy en ese lugar funcionan dependencias policiales y a los efectos de no sólo construir memoria sino además democracia.
La Guardia de Infantería Reforzada
En la Guardia de Infantería Reforzada, ubicada en calle Nicasio Oroño 793 de la ciudad de Santa Fe donde en la actualidad está la Unidad Regional Uno (URI) y otras dependencias policiales, funcionó durante la última dictadura cívico-militar un centro de secuestro y de detención ilegal por el que pasaron cientos de compañeros y compañeras, militantes de distintas organizaciones políticas, estudiantes, obreros, dirigentes gremiales, familiares de compañeros/as secuestrados y desaparecidos y/o muertos por la dictadura.
El edificio fue usado como lugar de secuestro y tortura de militantes políticos, menores y niños inclusive, y allí se cometieron todo tipo de violaciones.
En este lugar la “patota” policial y la “Justicia Federal” bajo el mando del área 212 operaban libremente, interrogando, ingresando y trasladando a los secuestrados a otros centros de tormento como la comisaría 4ta, la 3ra, la 1ra, la casita, la cárcel de Coronda y la de Villa Devoto, entre tantos. Heridos, esposados, encapuchados, siempre en forma ilegal.
La compañera Silvia Suppo (un emblemático caso) fue trasladada de la GIR a realizarse un aborto, producto de una violación sufrida en la tortura, para luego ser regresada nuevamente a la Guardia de Infantería Reforzada, donde permaneció detenida ilegalmente.
Durante los años de dictadura fue uno de los lugares que más presos políticos albergó; los mismos eran secuestrados y en algún momento pasaban por esta dependencia, donde no se respetaban los derechos elementales de las personas y mucho menos las garantías constitucionales.
Los diferentes testimonios que valientemente han dado las víctimas ante la justicia nos describen el horror vivido dentro de sus muros.

Nos trasladan a la GIR, a mí y a Ravellino. Yo ahí noto que no tenía mi período, pido un médico, y me dice que me iban a hacer análisis de sangre, me llevan al hospital para eso, me traslada de la GIR al hospital Aebi. Cuando estuvieron los resultados no me los vino a comunicar el médico, sino que me llevan a la oficina de Perizzotti, estaba presente Aebi. Ahí me dicen que estaba embarazada y Perizzotti textualmente me dice que “iban a reparar ese error”.
Me sacó María Aebi de la GIR con dos personas más a un consultorio particular. Nos recibe un médico, el cual nunca me dirigió la palabra. Me senté en una camilla ginecológica, me puso un suero, no me explicó nada de lo que iba a hacer, hizo su trabajo en 15 ó 20 minutos
…Testimonio: Silvia Susana Suppo
Me llevan de nuevo a la GIR, donde estábamos incomunicados. Los últimos meses de 1976 tenía fiebres vespertinas todos los días y muchos dolores de cabeza, y mi embarazo continuaba su curso. Me llevan a sala policial pero no me atienden.
Vuelvo a la GIR, sigue mi embarazo pero entro en una anorexia nerviosa y comienzo a tener problemas de retención del alimento que era muy malo, además yo lo rechazo continuamente. Así paso 4 meses sin retener alimento y me llevan de nuevo a sala policial, durante la noche 2 personas de la guardia me trataban de manosear y de meterse en mi cama. Pido entonces que no me lleven nunca más a la sala.
Cuando mis padres intentan hablar con los médicos que me atendieron y les dicen que es muy difícil que llegue al parto en estas condiciones, que yo necesitaba una transfusión de sangre. Pasaban muchas cosas en la GIR, traslados a Devoto, llegaba gente. Mi estado no me permitía estar consciente de lo que pasaba en la GIR. Mi familia es amiga de la familia del odontólogo Oscar Colli que intercede para que me hagan transfusiones y que mi familia pueda llevarme una dieta especial. Es así que una vez por día mi madre me llevaba una comida especial. Llego al parto en la maternidad del Cullen. A dar a luz me lleva Aebi, y yo estaba muy triste, ya que ella era muy masculina, brusca, violenta, incapaz de un atisbo de ternura, y yo pensaba que un momento que debía ser hermoso, no lo era… me llevan a la GIR con el bebé y me hacen bajar a la oficina y se lo entrego a mis padres que se lo llevan. Fue un momento muy difícil. Mi hijo tuvo muchos años terrores nocturnos, le costaba acercarse a mí porque no me reconocía. La gente del movimiento ecuménico me acercó luego unos estudios sobre las consecuencias de los niños que han pasado por una separación forzosa, y es tal cual, fue muy complejo restablecer ese vínculo.
En la GIR tenía visitas 1 vez por semana. Mis padres me lo llevaban para que lo vea. Pero en las visitas lo requisan, lo desnudan cuando entraba y cuando salía. En junio 1977 no me lo traen y me explica mi hermana que estaba con bronconeumonía, que estaba muy delicado, mi mamá no lo llevaba para que no lo desvistan de nuevo. Hasta los 9 años tuvo bronquitis crónica, que derivaron en una neumonía…
El 1º de agosto de 1977 mi compañero desaparece, a partir de ahí puedo relatar mi vida en la GIR porque estaba más presente. En diciembre de 1977 salen casi todas las menores, menos yo. Quedo un año más en ese lugar con dos chicas de Rafaela, Silvia Suppo y Graciela Ravellino. En ese año varias veces me bajaron a la oficina de Perizzoti y me encontraba con la misma gente que me interrogó en la 4ta. Era la misma gente, querían que les dijera dónde estaba mi compañero. Perizzotti estaba presente, sentado en su escritorio, a la derecha de donde me interrogaban había dos escritorios... También me interrogó Perizzotti alguna vez para decirme que estaba encargado de evaluar mi reinserción en la sociedad. Y una vez me dijo que “tal vez en el futuro a mí me toque estar donde están ustedes, y a ustedes donde estoy yo, pero por ahora las cosas son así”. Y yo quiero decir que eso nunca fue así. Que Perizzotti estuvo y está sentado en el lugar de avalar y participar en la tortura, de la muerte, del secuestro, el dolor. Y nosotros estábamos del lado de la vida, los sueños, el soñar con un país digno, la solidaridad. Nunca nos sentamos en el lugar de Perizzotti. Testimonio: María Cecilia Mazzetti

El 22 de julio nos trasladan a la GIR, en un celular…Al llegar a la GIR había mucha gente, muchas chicas, y también varones.
En la GIR le dicen a mi mamá que nos iban a volver a sacar, y eso significaba que te sacaban para volverte a torturar. Ella estaba muy mal, muy triste, cabizbaja. La llevan de nuevo, yo insistentemente preguntaba por mi mamá, por dónde estaba, cómo estaba. Jamás tuve respuesta. Patricia Isasa la ve, muy mal. La ve torturada. Tengo una imagen guardada, y es que en octubre cuando se hace el traslado grande a ella se la llevaron en un sillón de ruedas. Eso a mí me lo dijo una de las guardias, pero yo lo retuve como una imagen.
En ese período que me quedo sola en la GIR fui la primera de todas las menores, y la más chica. Vi pasar mucha gente, en el año 76 llegamos a ser 60 en dos habitaciones, que no estaban preparadas. Recuerdo que en ese período estaban desesperados, exaltados, buscando gente. Salían a cazar gente, venían muy excitados después de esas salidas, y generaban mucho miedo. Me acuerdo que en la Comisaría Primera estaba el Pollo Colombini, eran dos hombres que eran diferentes a los otros, rubios, y que andaban siempre juntos.
Una noche, en octubre, antes del gran traslado, hacía mucho calor. Había chicas embarazadas, que se descomponían, entonces empezamos a pedir que nos bajen al patio. A eso de las 22hs nos bajan muy atemorizadas, estaba Villalba y Aebi, nos hacen formar, y mientras caminábamos la tropa daba vueltas a nuestro alrededor. Villalba gritaba, era una persona muy gritona, que siempre se enojaba. Recuerdo las luces de las galerías. Se asemejaba mucho a un simulacro de fusilamiento. Después nos subieron.
En octubre fue el primer gran traslado, la noche anterior trajeron gente de otros lados, dormimos de a varias tiradas en colchones en el piso. Nosotros habíamos visto a un nene de 5 o 6 años que estaba con su mamá, y la separación de ellos dos fue terrible. Era un niño y yo también era una niña a la cual separaban también de su mamá y de su hermana…Con Perizzotti experimenté las requisas, nos sacan todo, nos quitan libros y revistas, nos prohíben cantar y nos sacan los cancioneros. Perizzotti era muy creativo para generar malestar...nos puso luz permanentemente, la comida siempre fue pésima, pero yo sabía que de alguna manera debía alimentarme. Atención médica no había. Yo de todas formas no tuve enfermedades graves. Patricia en cambio sí, me olvidé de contar, a Patricia la sacan por segunda vez, y vuelve muy mal, muy torturada, apenas podía caminar. Yo tomé como un rol protagónico, la cuidaba mucho. Tuvo gastritis, y el médico que venía decía cosas realmente absurdas, inverosímiles. Había un desprecio muy grande hacia la dignidad humana.
El 8 de abril de 1977 yo cumplí 15 años, estando en la GIR. Mi mamá me manda desde Devoto unas tarjetas que me había hecho, y cartas. Yo me la pasaba leyendo esas cartas, llorando. No sé cómo las guardias autorizaron que me hagan un pequeño festejo, sorpresa, no sé cómo lograron mis compañeras, que yo no me entere. Los padres de mis compañeras me regalaron un par de zapatos y una polera, y mi tía Lili mandó una torta. De mi familia había 4 personas detenidas, y 2 prófugas. Testimonio: Almirón María de los Milagros

Ahí me llevan (15/4) al Hogar del Tránsito, supe que era ese lugar pero yo no conocía el mismo. Ahí estuve vendada, no quería que me vieran las partes lastimadas porque presentía que mis hijos estaban bien. Estuve un mes, dos meses, en el Hogar del Tránsito, una noche me dijeron que agarre todas mis cosas y me llevaron a la GIR. Mujeres embarazadas, hombres, mujeres, y había un principal, Villalba. Ahí en la GIR había muchas mujeres…Había un ala para los varones.
Recuerdo a María Rosa Gómez que la trajeron muy torturada, estaba en el pabellón de las adolescentes, de al lado. Milagros Almirón, una nena muy jovencita…
En el pabellón de las embarazadas: Margarita Quirelli, una rubia que era del interior de Santa Fe; “Mary”, había dos profesoras “Torchi”, y una embarazada en nuestro pabellón “Telma Álvarez Novillo”…En otro pabellón estaba María Elena Moreyra, era licenciada en Antropología.
En mi pabellón estaba Graciela Saurín. Estaba Patricia Isasa, también adolescente….El 22/8 si me acuerdo, nos sacaron al patio y con manguera nos echaron agua fría. Un día a la madrugada que viene Villalba con otro más y nos sacan. Nos suben a un colectivo, y después a un Hércules. Nos tiraron en el piso y sé que de la GIR habían sacado al padre Raúl Troncoso, al padre Yacussi y al Ing. Cambiaso. Nos tiraron al piso y nos pasaban por arriba, a las chicas las sentaron, otra de las embarazadas era Martita Berra. Otra que subió era Peyi Gómez. Estaba Cecilia, también chica. Yo escuché que a los curas los estaban torturando, ellos gritaban sus nombres en la tortura. A mí me esposaron con Graciela Mayol cuando bajamos en el Palomar. De allí en celular nos llevaron a Devoto. Salimos a la madrugada de la GIR. Testimonio: Sara Derotier de Cobacho, Madre de Plaza de Mayo.

Nos llevan, fuimos en un camión policial. Yo solamente vi la Av. Luján y la cancha de Colón y me imaginé que nos llevaban a la GIR. Nos bajan de los pelos, nos hacen subir escaleras, y nos llevan a una pieza. Allí, Aebi, Perizzotti y Ríos.
Ahí nos vimos las caras, nos sacan las vendas y las esposas. Perizzotti nos dijo cómo teníamos que manejarnos en la GIR, y Ríos nos dice que a él no lo íbamos a engañar, que él sabía que éramos del “partido el JUP”, con lo que quedó claro que estaba un poco confundido. Estuvimos cuatro, cinco días incomunicadas, en la celda grande, sin ropa. Las otras presas nos prestaron algo. No había alimentos ni elementos de higiene. Al tercer día nos pasan a una pieza alargada, que le decíamos “el colectivo”.
En ese momento, éramos 60, 70 personas y un solo baño, muy precario. Nosotras estábamos frente a la cuadra de varones, todo el tiempo con luz artificial, podíamos ver la ventana de los varones y también veíamos abajo, el pasillo por el que ingresaban los presos. Yo traté de comunicarme con Juan, y por supuesto ellos se dieron cuenta, cerraron todas las ventanas.
Antes de nuestra primera visita, que fue cerca de mayo, nos fueron llevando de a una a la oficina de Perizzotti, encapuchadas y esposadas. Allí no lo reconozco a Ramos… Nos preguntaron cosas relativas a nuestra declaración y nos anticiparon el proceso que íbamos a tener dentro de la GIR. Todo era un solo y un mismo engranaje, nada se hacía sin la anuencia de la otra parte, todo perfectamente sincronizado. Perizzotti estuvo cada vez que la patota estuvo con nosotras.
A Juan y a Gatti, por ejemplo, a ellos no sólo los interrogó la patota sino que al lado de la oficina de Perizzotti, les pasaron picana. Eso en abril del 77. Misa con Monseñor Zaspe. Nadie pudo hablar con él. Fue la única vez que Monseñor Zaspe nos visitó. El único padre que nos iba a ver siempre era el padre Guadagnoli, al principio, tenía una pieza de confesión. Le contamos todo y él es como que tenía un conocimiento total de nosotras, me hizo jurar hasta los santos evangelios que no estaría más con Juan, y más que confesión parecía que tomaba interrogatorio. Eran muy raras esas confesiones.
No fue más porque no tenía más gente que quisiera verlo. Después supe que tuvo una causa de corrupción de menores. Testimonio: Anatilde Bugna

Vuelvo a la GIR, en el primero, segundo mes que estuvimos allí comprendí que continuábamos en manos de quien nos había secuestrado, convivíamos con el miedo y con la patota. Se comportaban como tal…Un día me doy cuenta que comienzan los interrogatorios en la GIR, nos sacaban con la cabeza gacha, solo veíamos el piso. La pera debía estar pegada al mentón y las manos atrás. Así nos movíamos por la GIR.
Me llevaron a la oficina de Perizzotti.
Yo en GIR conviví con la patota, la primer bajada, siempre me llevaba Aebi, nunca me llevó ni Arrieta, ni la Baby, ni Mercedes, esas guardias internas, siempre Aebi, que ella por el manejo que tenía era la secretaria de Perizzotti. Cuando ingreso estaba Perizzotti recostado sobre la pared, había un hombre que me dijo que me siente, me dice yo soy el tío me dijo soy el tío, tenía un palo y jugaba con el palo y demás. Vas a tener que volver a declarar, acordate que afuera está tu hijo, tu pareja, me dijo “hablemos tranquilos o volvemos a la joda”. Ellos decían, vos quedaste viva porque no podemos matar a todos, tenemos tantos muertos que no sabemos dónde ponerlos. Pero vos vas a salir destruida, me decían que no iba a ver a mis familiares, hijo, pareja, o bien que yo me iba a salvar porque era una estúpida, tonta. Esa fue una de las entrevistas en la oficina de Perizzotti. Nosotras volvíamos con mucho miedo. Yo era militante de la JUP, el hilo conductor era que yo dijera que era algo que no lo era. Yo tuve tres interrogatorios en GIR, uno con la Justicia Federal, otro con el oficial preventor y otro con la patota. Era una real tortura psíquica. Testimonio: Abdolatif, Silvia Liliana

hasta que me llevaron a la GIR, al principio fue bastante feo, el oficial Villalba hace hacer una rueda de presos, me colocó en el medio y me empezó a insultar... Lo de la guardia era una situación….eso era un engendro. Yo recuerdo meses de octubre, noviembre llegamos a ser 120 en una capacidad para 60. La GIR no era estructura apta para funcionar como cárcel, era un engendro, mezclaban presos digamos políticos con tipos por averiguación de antecedentes. No sé si era por negligencia o respondía a un plan de terror.
Una sola vez me revisó un médico,  yo tenía las pantorrillas en carne viva. Un compañero, Ruibaldo Díaz tenía la camiseta musculosa en carne viva, le había quedado dibujada la camiseta en el cuerpo. Guastavino tenía las piernas destrozadas.
Nosotros veíamos los traslados, había camionetas “guerrilleras” eran unas ford. Teníamos plena vista de lo que pasaba en ese patio.
En la GIR me quedó muy grabado un hecho, una vez llevaron 7 detenidos de Coronda, porque habían colaborado con presos políticos. No se sabía bien cómo era que habían caído…Octubre 77 Coronda, era un régimen muy pero muy duro. Por intercesión de Monseñor Zaspe una sola vez pude ver a mi madre, en presencia de otras personas me abrazó, me pudo dar un beso y nada más… Testimonio: Froilán Aguirre

Fui detenida el 30 de enero de 1976, fui llevada a la policía de Patricio Diez y San Martín, de ahí a la base aérea, estaba con mi hija de 4 años y la hija de quien era mi esposo en ese momento de 12 años, en la base estuvimos hasta la noche, esa madrugada nos subieron a un colectivo y nos llevaron a Santa Fe, a la guardia de infantería reforzada…Testimonio María Elena Moreira

El 31 de enero de 1976 fui detenido por razones políticas, sin ninguna orden, ya estaban operando estos modos sin orden ni garantías …nos llevan a la brigada ahí estuvimos en un cine con butacas, con un escenario al frente, habremos sido 40 ó 50 personas, y nos llevan a la guardia de infantería reforzada, ahí sí fuimos interrogados …Juan Muñoz a quien he visto que fue torturado y que personalmente lo vi, estaba acostado en una cama con evidentes secuelas de tortura, la piel azul casi completamente, él quedó muy afectado del corazón según sus propias palabras, esas torturas fueron en la guardia de infantería reforzada, se utilizaban esos procedimientos pese a que en ese momento estábamos en democracia… Testimonio: Néstor René Medina

Vamos a Santa Fe, en el camino nos bajan en San Justo para ir al baño y en Santa Fe nos llevan a la Guardia de Infantería Reforzada, esto era viernes a la noche. Ahí estuvimos en una habitación todos los varones y estuvimos así hasta el lunes, el lunes empezaron a torturarnos, a mí me bajaron, me encapucharon me empezaron a golpear… Testimonio: Héctor Raúl Borsatti
Firmas

MADRES DE PLAZA DE MAYO
H.I.J.O.S. regional Santa Fe
FAMILIARES DE DETENIDOS Y DESAPARECIDOS POR RAZONES POLÍTICAS
LIGA ARGENTINA POR LOS DERECHOS DEL HOMBRE
ASOCIACIÓN EX PRESOS POLÍTICOS DE SANTA FE
ASOCIACIÓN EL PERISCOPIO (ex detenidos políticos cárcel de Coronda)
AMSAFE, ATE, ADUL, CTA, SADOP, Partido Pares, Partido SI, Partido Comunista, Agrupacion Paco Urondo, FETS: Frente Estudiantil De Trabajo Social, Martín Fierro- Agrupación Estudiantes –Fiq-, Círculo De Dibujantes Santafesinos, Vecinal Los Espinillos Rincón, JPV: Jóvenes Para La Victoria
Movimiento Evita, Juventud Guevarista, Cooperativa De Trabajadores Naranpol, Agrupación Rodolfo Walsh, Federación Juvenil Comunista, Centro De Estudios Y Acción Popular, Testigos Y Querellantes Causa Brusa, Militantes De Derechos Humanos