Hubo
sentencia en la Causa Base Aérea. Ante centenares de familiares, militantes, testigos,
ex presos políticos, autoridades, legisladores… el martes 6 de agosto en Santa
Fe hubo martillo de la Justicia. Transcribimos la crónica de Rosario 12.. Se
pudo ver entre los presentes a la cúpula del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos,
encabezada por el Ministro Juan Lewis
y el Secretario DDHH Horacio Coutaz;
al diputado nacional Antonio Riestra;
a la candidata a diputada nacional (FPV) Josefina
“Tana” González; a Jorge Hoffman
(ATE), a Sonia Alesso (AMSAFE) y José Testoni (CTA-Santa Fe), a Julian Froidevaux (Subsecretario DDHH Entre Ríos)
entre otros. Más de 50 compañeros viajaron desde Reconquista, en un traslado organizado por NorteAmplioDDHH,
para estar presentes en un momento histórico para esta región.
En
Santa Fe los viajeros fueron apoyados por la Asociación de Trabajadores del Estado
(ATE) a través de su Secretaria de DDHH, Elsa
Splendiani. Por la tarde ya en el predio del gremio hubo reconocimientos
con aplausos para el 107 (Ministerio de Salud) y para los policías del Programa
de Protección de Testigos que están en Reconquista.
Una
jornada que puso muy feliz y emocionó reparadoramente a muchos, cuando se
conoció el fallo leído por el Dr. José
Escobar Cello.
EL
TRIBUNAL ORAL DE SANTA FE IMPUSO PENAS DE 21 A 7 AñOS DE PRISION
La Patota del Norte condenada
El
Tribunal condenó ayer a los siete represores de la III Brigada Aérea de
Reconquista por "privación ilegal de la libertad" y
"tormentos" a 39 víctimas, pero a cinco de ellos los condenó también
por "violaciones agravadas" y "vejámenes".
El
juicio a la patota de Reconquista quedará en la memoria como el primero en la
provincia que castiga la violencia sexual en centros clandestinos como delitos
de lesa humanidad. El Tribunal Oral de Santa Fe impuso ayer penas de 21 a 7
años de prisión a los siete represores de la III Brigada Aerea por
"privación ilegal de la libertad" y "tormentos" a 39
víctimas, pero a cinco de ellos los condenó también por "violaciones
agravadas" y "vejámenes" a una adolescente de 16 años, Griselda
Pratto y a su hermana de 23, Luisa Pratto, en 1977. Ellas no pudieron esperar
la sentencia frente a los jueces, quizás porque hace unos días falleció Ricardo
Pratto, otro de los hermanos perseguido y martirizado. O quizás porque la
escucharon a la distancia con la misma emoción que atravesó a una multitud que
se concentró en las puertas del Tribunal para escuchar el veredicto,
aplaudirlo, y compartir llantos y abrazos. Una de las Madres de Plaza de Mayo
tuvo que hacer un esfuerzo para poner en palabras los sentimientos.
"Estamos emocionadas. Hay lágrimas de alegría y de dolor, pero también de
lucha y resistencia", dijo Celina Koffman.
La
semana pasada, el jefe de la patota de la III Brigada Aérea, Danilo Sambuelli,
descalificó a sus denunciantes. "Yo
soy la víctima", dijo en sus últimas palabras antes de la sentencia.
Ayer, el Tribunal lo condenó a 21 años de prisión por secuestros y torturas a
38 personas y "violaciones agravadas" a Griselda Pratto. Un
intermedio entre lo que había pedido la Fiscalía (25 años) y lo que propuso la
querella (20 años). Y a los demás les aplicó penas descendentes: Carlos
Nickisch (18 años de cárcel por privación ilegal de la libertad y tormentos en
10 casos), Jorge Alberto Benítez (17 años), Arnaldo Neumann (13 años), Horacio
Machuca (11 años), Rubén Molina (10 años y Eduardo Luque (7 años). Igual que
Sambuelli, Nickisch, Neumann, Machuca y Molina fueron condenados también por
"violaciones agravadas" a las hermanas Pratto.
Cuando
las Madres de Plaza de Mayo salieron de la sala de audiencias, las recibió una
ovación. "Estamos emocionadas hasta
las lágrimas. Hay lágrimas de alegría y de dolor, pero también de lucha y
resistencia", dijo Celina Koffman. Una síntesis de todos los
sentimientos encontrados que compartieron las víctimas del terrorismo de estado
en Reconquista, acompañadas por militantes de Hijos, organismos de derechos
humanos, y expresiones políticas, entre ellas el Frente para la Victoria y el
Movimiento Evita.
"No recordemos a Reconquista como un lugar de
torturas. Los torturadores ya están donde deben estar: presos y cumplirán la
condena que le ha sido impuesta gracias a la actuación de nuestros queridos
abogados y abogadas. Una de ellas es nuestra nieta, digna hija de
desaparecidos", agregó Celina, en obvia referencia a Lucila Puyol,
impactada ayer por las emociones. El otro abogado de la querella fue Iván
Bordón.
"De hoy en más, recordemos a Reconquista como
un lugar de lucha y resistencia. Se ha llegado a este día de justicia por la
fuerza de los testimonios, de los que fueron voz de los que ya no tienen voz
para contar sobre los campos de exterminio. Para todos ellos, nuestro profundo
de agradecimiento que hizo posible este día de alegría y festejos dentro de
tanto dolor y lucha", planteó Koffman. Y le respondió un cantito
dirigido al jefe de la patota. "¡Olé
olá. Vení Sambueli. Vení, mirá. Los subversivos cada día somos más!".
Bordón
apenas podía hablar. "Estamos muy
contentos, emocionados", dijo. "En estos juicios revisamos el pasado, pero también el presente y el
futuro para legar a las generaciones venideras un Estado que ya no persiga más,
que no torture más, que no viole y que no haga desaparecer a las personas. Esto
es muy importante para la sociedad", reflexionó. Y su colega Lucila
Puyol recordó "a quienes dieron
testimonio porque creen que un país para todos y para todas es posible. Por eso
vinieron a este juicio a decir su verdad y eso fue lo que condenó a los siete
imputados: dos militares y cinco policías", dijo.
Los
denunciantes se mostraron conformes con la sentencia. "Es justa",
apuntó Silvio Iznardo. "Tenemos que
seguir la lucha porque faltan algunos de ese grupo de la Base Area de
Reconquista. Y faltan los agentes civiles que operaban como PCI (Personal Civil
de Inteligencia) que zafaron hasta ahora y se han reciclado en política",
opinó Eden Sandrigo.
"Hoy es un día de memoria, verdad y justicia",
dijo Elvira Dieringer. Mientras que Héctor "Lolo" Borsatti, referente
de la Asociación Norte Amplio por los Derechos Humanos, interpretó el veredicto
como un triunfo colectivo. "Esta es
una causa que en el norte ha tenido una construcción colectiva. No hay héroes
individuales. Es una causa que venía muy enredada, en un Juzgado Federal
intervenido, con jueces subrogantes, que se demoraba, que se caía, que estaba
mal hecha y felizmente se pudo concretar y llegar a la sentencia. Nosotros
apoyamos mucho a los compañeros que han venido testimoniar, porque no podíamos
retroceder. Esto tenía que salir bien por la historia del norte y como mensaje
a la sociedad. No hay marcha atrás", concluyó.
Por Juan Carlos
Tizziani – Rosario12
Centenares de personas se dieron cita ante el Tribunal para escuchar la decisión de los jueces |
Celina de Koffman, junto a otras Madres acompañaron audiencia tras audiencia a los testigos |
Tras la sentencia, abrazos en la puerta del Tribunal. Entre los presentes se puede ver al Ministro Lewis. |