Campesinos de 9 de Julio
HISTORIA
REPETIDA
En estos días, la comunicación policial dice que
se “puso fin a las andanzas de un par de
delincuentes que, acompañados por un abogado y a fuerza de armas, desalojaban a
los peones y extorsionaban a los dueños de varios campos a la vera de la Ruta
13, en el departamento 9 de Julio”. En lo concreto, esto es un nuevo
capítulo de la lucha de los habitantes de esas zonas de los Bajos
Submeridionales por defender sus derechos a seguir viviendo en ese territorio
como hace muchos años, ante sociedades anónimas que manifiestan “tener la
documentación” de propiedad; en este caso una "Empresa Río Limpio S. A.", con sede en Tigre BsAs. Una especie de nueva “campaña del desierto”
que desde hace años se viene planteando en el noroeste santafesino y que tanta resistencia y trascendencia ha tenido. El comunicado tiende a abrir el paraguas ante un nuevo
hecho de violencia institucional cometida por cuerpos policiales con el aval de
la justicia feudal de Tostado.
Habría que hacer un recuento de la capacidad económica (patrimonio) que poseen
el abogado y los desalojados para demostrar claramente que la información de la
corporación policial es mentirosa
Y lo que no dice dicha manifestación policial
es que tres de los detenidos fueron sometidos a torturas (constatadas en el
hospital de Rafaela), incluida quemaduras de picana eléctrica en el cuello de
uno de ellos, con el cuerpo mojado y "submarino" en un pozo de agua del patio a otro, por parte de la Guardia Rural Los Pumas y policías de 9 de Julio. Hubo patadas en el estómago y en las costillas, en las piernas, rodillazos...
El Estado violento: "firmá o firmá"
El
día sábado se presentó ante la Fiscalía Regional de feria de Rafaela, a cargo de la Dra Mirna Segré, la
denuncia por lo sucedido. Lo hizo Germán
Clavero, de 65 años, domiciliado en la ruta 13 (Distrito Gato Colorado) que divide los Dtos Vera y 9
de Julio, acompañado por el compañero abogado Dr Iván Bordón:
“Irrumpieron de
manera violenta alrededor de las siete y treinta horas (7.30 hs) de la mañana
del miércoles 19 de julio en esta semana. Eran como cinco o seis tipos que
rompieron a fierrazo la puerta, y nos apuntaban con las armas, tenían pistolas, dos ametralladoras cortas y armas largas. Yo
estaba arrecostado esperando que merme un poco el frio, me pegaron un empujón,
me tiraron contra la mesa donde está la provista del mes, y de ahí me sacan
para afuera con violencia, me vuelven a empujar fuerte, caigo contra el suelo,
me ponen las rodillas contra mi lomo, me pegan unas cachetadas sobre la nuca y
me esposaron con unos precintos plásticos bien ajustados. Yo quede ahí
extendido, con las manos para atrás y la cara en el suelo. A todo esto, a mis
sobrinos ya lo habían sacado a las cachetadas y puñetes, siempre apuntándolos y
pegándoles. En todo momento pedían las armas, y yo les decía que yo no tenía
armas. De ahí yo veía como los trataban de más mal a mis sobrinos, de más le
pegaban, impresionante como le sacaron la ropa y le pegaban. Yo veía
que lo llevaban atrás de la casa, y escuchaba como le pegaban y lloraban ellos.
Vi como lo llevaron a la rastra del pelo a mi sobrino “chacho”, Roberto (Roberto Aldo Clavero-23 años) y le pegaban y le
decían de las armas. Y al otro también, (Aníbal Abel Clavero-31 años), era alevoso, le
sacaron la remera y le pegaban por las armas. Y luego pude ver que había como
mucho como cuarentas policías, para el fondo fueron como ocho a caballos,
estaba López y Chaves que yo los conozco de la Cigüeña (seccional de la Guardia
Rural “Los Pumas” que esta por el asfalto de la ruta 98, a mitad de camino
entre Tostado y Vera), y el pelado (se llama según me dijeron Lucas Alberto
Bay), que es Sub Jefe del Guanagan (sección que está a unos 15 km al sur de mi
puesto por la ruta 13), eran todos Pumas, y de la PDI de Tostado, Santillán y
Ortiz. Yo estuve así tirado, unos veinte minutos capaz. Después me levantaron y
me cortaron los precintos y me pararon. Ahí, después llego Bordón, Juan Carlos
se llama por lo que pude saber, el me mostró unos papeles y me dijo acá traje
el allanamiento que manda la orden la Fiscal Bustos (Sonia) para entrar al campo, es
por las armas, me aclara. Ese Bordón, era el que andaba con los papeles con el
milico Santillán de Tostado. Y de ahí me sacaron para allá solo, es decir nos
fuimos al sur de la casa y Bordón me interrogaba con otro viejo flaco, canoso,
ese era el jefe que pegaba y los dirigía a los otros que pegaban. Ese me
llegaba cada rato, cuando yo estaba con Bordón, me interrogaba pesado. En una
oportunidad se sacó un poco la bufanda y me mostro las canas, y me dijo que él
también tenía el pelo blanco como tenía yo, y que no le mienta por las armas.
Ese tenía toda la cabeza cubierta con una bufanda, solo se le veía un poco la
nariz y usaba anteojos negros. Como a las tres (3) de la tarde habrá sido me
sacaron para la calle, ahí ya estaban mis sobrinos, todos doloridos, golpeados,
sucios, mojados y con las manos hinchadas. El canoso me pregunto si iba a firmar,
y le dije que no, después le pregunto a mi sobrino Roberto, este le dijo que
no, y a lo último cuando yo vi que hablaba para firmar con mi otro sobrino,
escuche que iba a firmar Aníbal. Y después vino de vuelta, y Roberto también le
dijo que iba a firmar porque el milico le decía que iba a buscar más testigos y
que lo iba a tener veinte horas más. Y a lo último, vino y me increpo,
diciéndome vas a firmar o te haces el pesadito todavía, y yo le dije que tenía
orden de mi abogado de no firmarle a nadie. Él me dice que esto no me beneficia
ni me perjudica, y después le dije que voy a firmar para que no se le corten
las manos a mis sobrinos con las esposas. De ahí se vinimos para el Guanagan,
llegamos calculo como a las cinco de la tarde. De ahí firmamos más papeles, y
ellos firmaban muchos papeles. Pedí para orinar y agua, me dejaron y también me
dieron agua. Lo que si nada de comida, ni un mate, estuve desde que amaneció en
ayuna. Del Guanagan nos vinimos como a las nueve (9) de la noche, nos picaban
todos los mosquitos y habremos llegado a la Cigüeña como a las una y media de
la mañana, había barro en partes, ya que había llovido todos esos días antes
como 130 milímetros. De ahí vimos que en la Cigüeña seguían firmando más
policías que estaban. Después vinimos a Tostado que calculo llegamos como a las
tres (3) de la madrugada y ahí nos pintaron los dedos y nos llevaron al
pabellón, recuperando la libertad ayer”.
El próximo 8 de agosto
comienza en Santa Fe un nuevo juicio de Lesa Humanidad, el 4to vinculado al
norte santafesino, en el que su juzgará entre otros, el accionar de la Guardia Rural
Los Pumas durante la dictadura y su cuartel central. En ese marco tenemos que
decir que hay películas que se repiten en el tiempo.