Muralista
Gisel Rosso
“APRENDIZAJE CONTINUO”
Abierta a trabajar con todo tipo de materiales y con la gente, eliminando prejuicios. Con la preocupación de papá y mamá en los primeros tiempos, Gisel camina por las profundidades de diferentes países -15 hasta ahora- con su arte, el
muralismo, con el cual hace un aprendizaje técnico-cultural continuo, según expresara en la
visita que realizó a “LA MIRADA” del NorteAmplioDDHH (Radio Ciudad-Municipal-Reconquista). Mujer y sola, ha pintado en América Latina
y Europa. A mediados de enero vuelve a México, luego a la Bolivia de Evo, "donde hay una expansión del muralismo, una política en favor de los DDHH y la cultura, entonces me gustaría apoyar a mis compañeros que están trabajando en esto…" Convencida de
lo que está haciendo. Un orgullo para
Reconquista. Algunos fragmentos de la entrevista:
-La salida a
distintos países comenzó con un movimiento de muralistas, pero desde hace dos
años y medio esta profesión me pedía más y que el mundo me estaba llamando y
entonces vendí todas mis cosas, vendí todo, dejé todo lo material y me fui. El
hecho de dar un mensaje que siento que tengo que dar con los murales. Y
nutriéndote de las distintas comunidades, tomando la identidad de cada espacio
y poder trasmitirlo en otro lugar. Estando en España me tocó algo hermosísimo
de poder pintar sobre el inca Garcilazo de la Vega en el mismo España, hablando
de mestizaje, de lo que hicieron los españoles aquí en América.
Cómo definís los
temas?
-En algunos lugares
son encuentros de muralistas. El último fue en Colombia. Voy con una temática,
por ejemplo ahí fue “la paz de los pueblos”. Y ahí pongo mi interpretación de
lo que yo siento la paz de los pueblos. En el caso de Europa me fui sola,
golpeando puertas, parando en ocupaciones en Italia, en España, gente que ocupa
lugares, allá la mafia son las inmobiliarias principalmente, y se junta la
comunidad y toman edificios, espacios, y en esos lugares iba pintando, siempre
tratando de dejar un mensaje, y ellos mismos me iban conectando con lugares de
otras ciudades…
En los países que
caminaste ¿qué es lo que más te ha conmocionado?
-Tantas cosas!. Quedándome con la última
experiencia, en Chiapas, México. Allí está el Movimiento Zapatista, me dio un poco de miedo inclusive, porque
andando en las carreteras la misma gente te detiene y te cobra peaje, sí o sí
tenés que pagar. Y la forma es comprándoles sus alimentos, sus frutas, porque
no tiene otra forma de solventarse en esas zonas tan olvidadas…
¿Pintaste allí?
-Sí. En Tuxtla
Gutiérrez, que es la capital de Chiapas. En Palenque también, que está
cerca. Pinté sobre las comunidades nativas, sobre la historia, sobre los mayas,
porque hay muchas comunidades repartidas y tienen mucho la identidad de los
pueblos originarios, la identidad en México se siente. Se habla mucho de la invasión
de Estados Unidos pero ellos llevan a todos lados la cultura mexicana…
En Colombia?
-Ahí una cosa que me
había pasado, como anécdota, en un pueblito humilde cerca de Bogotá. Era un evento
por los derechos humanos. Y apuntaba al adulto mayor y la unión en la sociedad.
Un domingo por la mañana, temprano, venía una barrita de chicos que venían en
otro estado, borrachos; toda la gente salió a cuidarme, que no hable con ellos;
le pedí a la gente que no se preocupen que iba a manejar la situación. Me quedé
ahí y empecé a charlar con los chicos, tenían
ganas de hablar, de contar sus historias, y no eran escuchados, ya estaban
etiquetados por su condición, se ve que habían robado en su pasado. Fue hermoso
poder compartir, incluso los dejé pintar, nos sacamos una foto juntos. Les regalé restos de aerosoles, pinturas, porque querían pintar. Ese
contacto con personas que están excluidas, olvidadas, no sé, es mi
contribución, pequeñita, voluntaria, después los demás quedan contentos con mi
obra; tratar de ser el canal con esas personas etiquetadas por siempre.
¿En el País Vasco-
España?
Ahí
pinté por primera vez colgada, con arnés. Era una ocupación de jóvenes en ese
espacio, y daban talleres de música, de arte, danza, circo… nadie les daba un
espacio. Y ocuparon el lugar, “Siete Gatos” se llamaba la organización. La
lucha de las mujeres, el antifascismo, la reagrupación de los presos etarras, sus temas. Muy unidos ellos.
(…)
¿En Venezuela?
-Así como lo ves, con
crisis y todo, fue una experiencia hermosísima, porque trabajé, generé
recursos, me movía para todos lados, en taxi motos, sin problemas. En Caracas…
pinté en Maracay. Y lo que me pasó ahí, el mismo prejuicio de gente que te
decían “no te van a poder dar nada, compartir nada porque la gente lo guarda
para sí, porque tiene hambre”. Yo sabía que no era así, pero vamos a ver…
Estando pintando, sola en los andamios, de momento la gente paraba a traerme
frutas, a traerme té, jugos. Yo me sonreía y comprobaba que la humanidad no se va, te vas encontrando cosas, hay
gente hermosa en todo el mundo
(…)
En Ecuador estuve en un encuentro de
grafiteros. Podes ver desde otro lado lo que es la pintura de grafitis,
distintas áreas, que no es sólo los que rayan poniendo el nombre, sino
constructivas, que viajan por el mundo poniendo su perspectiva. En Chile,
Santiago, pude pintar frente al Museo de la Memoria
(…)
En Roma, uno de los murales que pinté fue
sobre un terremoto que hubo y sobre una niña en especial que hubo, que tenía 11
años, cuando cae el terremoto abraza a su hermanita de 4 años, cae el edificio
y después de 48 horas la encuentran a ella muerta con la hermanita viva, abrazada.
Trabajamos ese mural, fue hermoso porque trabajó la nenita que estaba viva, pintando ahí,
estaba la familia, todo el barrio apoyando, hicieron comida para todos, fue una
experiencia hermosa, los abrazos, los besos. No entendía mucho el idioma pero
eso sí se entiende. La pintura pudo traducir, como un mensaje de vida de la
niña, porque está viva, “por todo, por todas, por Julia”.
(…)
Voy convencida de lo que estoy haciendo.
México y Colombia son muy machistas, voy con energía, contagia, ayuda a cambiar.
Y sino lo cambiará la obra, esto es silencioso, lo hace la obra, si no me
quieren ver a mí ya van a ver la obra, que saquen sus conclusiones!
(...)
(...)
Bilbao- España |