M. INÉS: UNA HISTORIA SIN CERRAR“NO
TENGO PALABRAS PARA EXPLICAR” En
esta semana nuevos testimonios de militantes políticos setentistas,
oriundos de nuestro norte santafesino se escucharon en el Tribunal
Oral Federal de Santa Fe. Ante el colegiado que preside el Dr. JOSÉ
ESCOBAR CELLO memorizaron sus compromisos, entre otrxs, las víctimas CARLOS
ECHEGOY, ANÍBAL SÁNCHEZ (Villa Ana), JULIO NIEMIZ (Avellaneda) y ALBA ACOSTA.
La psicóloga MÓNICA MARTÍNEZ (Santa Fe) también fue de la
partida en la jornada y la incluimos en la lista ya que en el 76 fue
secuestrada en Reconquista. Con anterioridad testimoniaron MARÍA
INÉS GUTIÉRREZ (Psicóloga), AMALIA ANTONINI (hoy artista plástica) y su hijo ANÍBAL CATTANEO, lxs tres residiendo ahora en Córdoba. Se trata
de la Causa “Martínez Héctor Melitón y otros…” pero
más simple es decir “el juicio a la patota de la Federal”, por
estar algunos policías de esa fuerza en el banquillo. MARÍA
INÉS es una ex presa-política oriunda de aquella Reconquista más pequeña, todos cercanos. A fines
de febrero del 76 las fuerzas armadas controlaban las calles del país
mientras finiquitaban el asalto al poder. Su compromiso la encontró
en la ciudad de Santa Fe junto a su compañero de entonces, el "Cabezón" CATTÁNEO, comprometidos con el Partido Revolucionario de
los Trabajadores. En el Tribunal pudo reconstruir parte del dolor
vivido hace 46 años, que hoy la sigue atravesando:“El
27 de febrero del 76 yo estaba en una casa que no estaba terminada,
en la que estaba con otras personas: EUSEBIO CABRAL, LUCIO LÓPEZ (17 años),
CARLOS COURAULT y CARLOS CATTANEO. Y vimos por
la ventana que llegaban un montón de personal de seguridad,
con autos, camionetas, jeeps… mucha gente con armas cortas, armas
largas. En esa época nosotros sabíamos que las actividades
políticas, sociales, que nosotros hacíamos eran reprimidas así que
decidimos subir por la parte de atrás de la casa, y fuimos
recorriendo techos y tapiales, hasta que bajamos en la otra cuadra
paralela, corrimos un poco y ahí nos disparaban... las
balas que picaban alrededor… hasta que una bala me pegó
en la pierna, caí al piso… me dí vuelta y ví
que estaba caído en la vereda boca abajo, CARLOS CATTANEO, que venía
corriendo atrás mío… y venía un uniformado armado hacia
mí, pero cuando llegó al lado de CATTANEO, frenó y
le disparó varias veces por la espalda y siguió
corriendo hacia mí… yo le decía ‘no me tire,
no me tire, estoy embarazada’ y siguió corriendo, me
dejó sola, fueron unos minutos en la que estaba
absolutamente sola en la vereda, tirada, así que me
arrastré y golpee la puerta de una casa frente a la que había caído
que no se de quién era y salió un señor que se sorprendió,
me arrastró adentro y me dijo que me iba a vendar la pierna.
Segundos después empezaron a golpear la puerta, que abran y
entraron muchísima gente de modo violento, con muchos gritos,
rompiendo la casa, no sé que hicieron con ese señor que me había
abierto la puerta. Al rato trajeron a LUCIO LÓPEZ y a EUSEBIO CABRAL
a este mismo lugar que era como el living de
la casa y nos dejaron tirados en el piso… no se que
decisiones fueron tomando, nos quedamos con un poco de soldados que
nos vigilaban. Después a mí me suben a una ambulancia, al
salir de la casa hacia la ambulancia ví que CATTÁNEO seguía tirado
en la vereda, nos llevaron a los tres a un lugar
que yo no sabía qué era, un hall muy grande con una escalera
y galerías que balconeaban, se asomó gente de
todos lados a mirarnos, todos decían ‘éstos
son, éstos son los subversivos’, solo eso: NOS EXPUSIERON. Nos
volvieron a subir a la ambulancia y nos llevaron al Hospital Piloto.
Allí operaron primero a LUCIO LÓPEZ, que estaba muy malherido, y
después a mí. Primero me vio un ginecólogo y verificó
que mi embarazo continuaba, después me operaron y tras despertarme
de la anestesia me encontré en una sala policial, en
el subsuelo… con calabozos al fondo, con una primera parte para los
guardias policiales, dos salitas pequeñas (en una estaba yo)…
desde allí lo escuché varios días a LÓPEZ gritar, gritar… pedía
agua, pedía ayuda… en un momento vi una camilla completamente
cubierta y sé que se murió… ese día…“Yo
continué en el hospital, en total estuve un poco más de seis meses,
siempre incomunicada, la
segunda cirugía me la hicieron exactamente el 24 de marzo (1976),
hubo mucho revuelo
ese día, hacer un traslado de la sala policial al quirófano de
traumatología, ya estaba el hospital con mucho más militares, más
guardias, había personal militar adentro del quirófano, las
enfermeras tenían mucho miedo, esperaba mi cirugía viendo
enfermeras temblar diciendo ‘así no puedo trabajar’. Esta cirugía, el reposo prolongado, mi estado de embarazo, mi pierna…
hicieron que se fuera complicando cada vez más…LA
BEBITA... MARÍA
INÉS relata además complicaciones de salud que se le presentaron,
la falta de medicamentos por desabastecimiento que solucionaron sus
familiares desde Reconquista. Agravándose su situación, con “lapsos
de conciencia, confundida”,
con un cura que le dio la extrema unción, pensando
que ya no podría sobrevivir…
Unas horas después le hicieron una cesárea de urgencia “y
tuve una hija, eso fue el 6 de junio, que nació ochomesina pero
sana, con un peso casi normal.
Superado el estado de
embarazo yo empecé a responder a la medicación, mi estado comenzó
a mejorar. Y tuve a mi hija, al lado de mi cama desde
el día siguiente de la cirugia. Yo no podía caminar, no me
levantaba de la cama, no había caminado nunca desde que caí presa,
eso era junio, la
cambiaba, la amamantaba, la tenía conmigo. Nadie
la venía a controlar, hasta que un día llegó gente de pediatría o
neonatología a controlarla y me dijeron que la iban a llevar a su
sección para hacerle otros estudios. Al rato me trajeron su ropita y
me dijeron que había bajado de peso, que
necesitaba más controles, que estaba en una incubadora, que
en la incubadora solo están con el pañal y
me trajeron un sacaleche, cada tanto venían a retirar leche para la
nena. Días después
de ésto notaron que había muerto, de
un paro cardíaco. Toda la gente se muere de un paro cardíaco. Pero
porqué... no lo supe nunca! Fue
un dolor muy grande, a esa altura yo trataba de asimilar como había
visto que mataban a mi compañero CARLOS CATTÁNEO, estaba consciente
de que había perdido la libertad, que había perdido la salud, pero
esto fue más de lo que yo podía soportar. Y sé
que no tengo palabras para explicarlo” En
agosto la llevaron a la Cárcel del Buen Pastor y en octubre a todas
las presas políticas de
Santa Fe la llevaron a la
Cárcel de Devoto en Buenos Aires no sin antes seguir soportando
crueldades de los militares como que le sacaron las muletas que la
ayudaban a caminar, saltando en
una sola pierna encapuchada,
esposadas de a dos, para
subir al avión Hércules,
en escaleras de Devoto… Ya
en libertad, en trabajos de
mucha rehabilitación (pierna más corta, problemas para caminar, el
disparo le rompió y desapareció un fragmento del fémur
izquierdo...), volvió
al Hospital Piloto de Santa Fe a buscar su historia clínica para
continuar... Aprovechó
y se acercó a Neonatología para buscar la historia clínica de su
hija, para entender qué había pasado y le dijeron que el
área donde estaba guardada se inundó y no se la podían dar…TRIBUNAL FEDERAL- Foto archivo
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