REBELIÓN
Y TOMA DE LA USINA ELÉCTRICA El sábado 17 de febrero, el Profesor ALDO SOTELO encaró en el programa radial LA MIRADA (Ciudad 88.1), una nueva edición de su columna "Historias de la vida cotidiana", sobre el pasado oculto de esta ciudad: "Desde hacía décadas Reconquista tenía problemas con dos
servicios que eran prestados en forma muy deficiente: la provisión
de luz y de agua. El servicio eléctrico era muy deficiente,
debido al estado deplorable de los motores de la usina, que no
estaban en condiciones de producir la suficiente energía para
abastecer el consumo diario de viviendas, comercios e industrias. En
marzo de 1957 luego de una reunión realizada en el Reconquista Tenis
Club, quedó conformada una comisión Pro normalización del servicio
eléctrico Reconquista que quedó así integrada: presidente Mario
Rapelli, secretario
Eladio Francisco Mosquera, tesorero
Francisco Buyatti, vocales
Héctor Lanteri Diez, Rolando Stácul, Martín Ríos, Armando
Campana, Santiago Vinda, Juan Cirera, Mario Capozzolo, Sixto Genovese
y Alberto Buyatti. Reclamaban
la normalización del servicio y la expropiación de la usina local.
El 11 de abril de ese año la Intervención Federal en la provincia
anuncia la posesión de los bienes expropiados a la Compañía
Suizo Argentina,
constituidos por la generadora de energía eléctrica y la fábrica
de hielo en
esta
ciudad. La
decisión no resolvía el problema en forma inmediata, pero abría
una esperanza a la población para que eso suceda. El manejo de la
empresa quedaba a cargo de la Dirección de Energía de la
provincia. Con el transcurrir de los días los problemas
empeoraron, a causa de desperfectos en los motores instalados y a la
demora en colocar los motores nuevos que se encontraban en la ciudad
desde hacía un año. Reconquista era una ciudad que tenía
desmotadoras de algodón, fábrica de aceite, aserraderos, estaba la
CICLAR,
comercios e industrias menores, aumentaba la urbanización, se
construía el FRIAR,
por lo tanto y ante la gravedad de la situación envían un telegrama
al interventor federal en la provincia (recordemos que había
gobierno de facto en el país luego del golpe de estado que derroca
al presidente PERON), diciéndole en tono de pocos amigos:
“necesitamos energía eléctrica, no importa de donde venga ni como
venga, pero la necesitamos y debemos conseguirla”. Seguidamente
la comisión continúa enviando notas y telegramas solicitando además
que se transfiera la usina a una cooperativa de usuarios,
proporcionándoles las maquinarias y elementos necesarios para
normalizar el servicio. Asimismo, los vecinos ratifican una
resolución que habían adoptado: resistirse al pago de las facturas
de luz hasta tanto la concesionaria se coloque dentro de la ley y
suministre el servicio requerido. A pesar de los pedidos la
intervención federal daba vueltas para no recibir a la comisión de
vecinos, hasta que ese encuentro tiene lugar el día 17 de octubre de
1957. Diez días después, el 27, tiene lugar una asamblea
popular en el Reconquista Tenis Club, a la que asisten vecinos,
representantes de fuerzas vivas, delegados de instituciones sociales
y sindicatos. Tanto el comisionado municipal MELCHOR SELLARÉS como
el presidente de la comisión, informaron a los presentes acerca de
la situación del servicio de energía eléctrica en la ciudad, que
en ese momento suministraba luz eléctrica tres o cuatro horas por
día. Desgastados
por la falta de soluciones, el miércoles 5 de diciembre de 1957 los
integrantes de la Comisión pro normalización del servicio
eléctrico, dan por concluidas sus funciones. Hacen un balance de
todo lo realizado y se quejan un poco por la actitud dual de algunos
funcionarios locales y representantes de instituciones que no los
apoyaron como necesitaban. Mientras tanto el problema que afectaba a
la ciudad toda no se resolvía. Las autoridades de la provincia
se dirigían a sus miembros de forma despectiva, les negaban
representatividad y ante tantas dificultades, el grupo abandona su
tarea “por falta de comprensión y apoyo” dentro de la propia
comunidad y también ante la falta de respuestas de parte de la
intervención federal que gobernaba la provincia. El verano del
año 1958 se torna muy caliente. Se registraban cortes permanentes
que alteraban la vida comercial, industrial y familiar de todos los
habitantes, es así que la
situación de desencanto explotó. El
1° de febrero luego de días de calor sofocantes y de cortes
extensos en el suministro del servicio, se realizó una concentración
frente a la municipalidad a las 17,30 hs que contó con la presencia
de alrededor de 4.000 personas, una verdadera multitud.COMO EN OTRAS HISTORIAS: LA TOMA DEL EDIFICIO Ahí,
los presentes a viva voz, invitaron al ex presidente de la Comisión
Pro normalización del servicio eléctrico, Mario
Rapelli,
a dirigirse a la concurrencia, ocupando la tribuna y haciendo
referencia a los problemas que vivía la ciudad y a las gestiones
realizadas que siempre chocaron con la impermeabilidad e indiferencia
de los funcionarios del gobierno. Los acusó de no haber
cumplido sus promesas para mejorar el servicio, por ello agregó que
“engañaron al pueblo”. Finalizada su exposición que fue
muy aplaudida por la concurrencia, la multitud al grito unánime de
“a
tomar la usina!”
se encaminó hacia el lugar donde se encontraba emplazada, a la
vuelta de la municipalidad por calle Ludueña (hoy
EPE),
invadieron
sus dependencias hasta llegar a la sala de máquinas donde
procedieron a paralizar la marcha de los motores. Mientras esto
ocurría, varias personas ocupaban el micrófono, exteriorizando el
descontento de la población. Seguidamente
llegó al lugar el secretario del jefe de Policía, quién pidió a
los presentes calma y serenidad, solicitándoles que despejen la sala
de maquinarias dado la imperiosa necesidad de poner en marcha los
motores para cubrir las necesidades del hospital, el sanatorio y
otras dependencias.
Los presentes acataron la “invitación”
y se estacionaron en el patio de la usina y en la calle.
Acto
seguido procedieron a designar una comisión provisoria para
continuar con los reclamos compuesta en su mayoría por técnicos
locales. Fueron propuestos: Martín
Ríos, Rodolfo Fanto, Sixto Genovese, Manuel Gil, Rolando Stácul,
Mario Rapelli, Pedro Guckert, Enrique Grenón, Alberto Buyatti,
Ricardo Zanazzi, Lorenzo Gómez Rodríguez, Gaudencio Fantín y
el Ing.
Viani. Se labró un acta antes de retirarse de la usina, pidiendo de manera
urgente que baje a la ciudad un responsable del gobierno para hacerse
cargo de la usina y que en el término de cuatro días, se envíen
motores portátiles y que se arreglen los que estaban sin
funcionar.
Firmada
el acta, la concurrencia se dirigió a la Plaza 25 de Mayo donde
cantaron el himno al pie del mástil y allí hablaron ROLANDO STÁCUL y FRANCISCO RODRÍGUEZ destacando la corrección del acto y la
magnífica reacción del pueblo. También
se hizo presente el comisionado municipal MELCHOR SELLARÉS quién había renunciado a su cargo el 3 de enero de 1958 afectado
por la falta de solución a los problemas de falta de energía para
la ciudad, anunciando a los presentes que el gobierno de la provincia
la había aceptado. En su lugar es designado SANTIAGO ARAMBURÚ quién confirmaba su aceptación supeditada a la solución de los
inconvenientes que padecía la ciudad. Reconquista demostraba
estar de pie: “sépanlo
quienes lo ignoran, atiéndanlos
quienes tienen en sus manos las soluciones. No más promesas...
hechos!!!”,
consignaban.En próxima publicación compartiremos fragmentos de la entrevista hecha al periodista y dramaturgo WALTER OPERTO
En próxima publicación compartiremos fragmentos de la entrevista hecha al periodista y dramaturgo WALTER OPERTO |