CENSO Y DOLOR
Caminando por un barrio de la ciudad de Reconquista, bolso en mano,
comenzaba la tarea de censista. Era una mañana tranquila, con sol, como un
día domingo. Se aproximaban las 10hs, hasta que llego al próximo domicilio, y
me anuncio. Me abre la puerta una señora no más de 50 años y me dice:
- Se
enteró?-
-Qué cosa?- respondí...
-Murió Kirchner!…
-Como?... Mi rostro parecía
decirlo todo..
-Pase- me dijo la doña- están diciendo por tele...
A continuación,
me acomodé en una silla; mientras iniciaba el cuestionario del censo miraba las placas de los noticieros.
Esa mañana tranquila, se interrumpió abruptamente con una noticia
inesperada. Ese día soleado se convirtió repentinamente en gris oscuro,
como muchas páginas de nuestra historia.
Ni bien terminé de censar aquella casa proseguí.. no podía
convencerme!! Que ese hombre tenaz,
con tanta energía y convicción, había fallecido.
Se me vinieron un montón de recuerdos e imágenes, pero prevaleció
una: Cuando Néstor ordenaba y miraba a Bendini bajar los cuadros de la
ESMA
Entonces golpeo la puerta de otra familia y veo rostros de desazón
y tristeza:
-Ya se enteró Don?- me dice un hombre con rasgos curtidos y muchas
canas.
-Sí...
Luego el llamado de compañeros de trabajo, amigos y
familiares corroboraron la triste noticia. Néstor nos había dejado, fue tan
fugaz su paso pero muy intenso, como su legado. Ya eran las 12hs ni me acordaba
del almuerzo, la noticia me había quitado el apetito... pero la tristeza y las
ganas de llorar no. Así fue que me ubiqué en una esquina, mirando para
continuar. En un momento se detiene un muchacho, humilde por su forma de vestir y en su
bicicleta y me dice:
-Laburando?...
–Sí... contesté mirando lejos
-Encima palmó Nestor!!! pero
quédese tranquilo que la Cristina no le va aflojar!! Además el flaco la va ayudar-
decía mientras sacudía la cabeza y se bamboleó para tomar carrera y continuar
su camino.
Ya han pasado dos años de aquella tarea de censista que me habían
asignado, teñida con la noticia de Néstor. Pero la verdad que aquellas
palabras me alentaron a seguir caminando por las calles y visitando hogares.
Como también dieron fuerza la firmeza y la garras de la presidenta
Cristina, quien, días tras días, sufre embates de todos los flancos manteniendo
encendida esa llama de dignidad que se inició allá por el 2003 y nos invita a
seguir caminado y transformando este país.
PABLO ROLON (27/10/12)